Las claves de la resurrección del Sporting

Gijón

Hace un mes el Sporting tocaba fondo. La sonrojante derrota ante el Mirandés hacía explotar a El Molinón y dejaba al equipo en una delicadísima situación clasificatoria y de juego. La apuesta por un fútbol de toque, de elaboración desde campo propio, naufragaba. El descenso volvía a ser una amenaza real, con un calendario sobre el papel terrorífico. Y, sin embargo, ese fue el punto de inflexión para iniciar el despegue. Las luces de alarma no solo se encendieron en el entorno; también en el seno del club. Orlegi activó toda la maquinaria para revertir la situación. Alejandro Irarragorri dirigió las operaciones sobre el terreno. Casualidad o no, con el presidente en los palcos, el equipo no pierde. La modificación de la forma de jugar, a un estilo mucho más práctico y directo, no fue una casualidad. Fue el fruto de muchas horas de trabajo y reflexión interna que ha permitido al Sporting recuperar la competitividad, sumar 8 puntos de 12 y situarse, a falta de solo siete partidos para el final del campeonato, a nueve puntos del descenso, los mismos que le separan del playoff.

El qué se ha impuesto al cómo en el último mes. Lo importante era sumar, sin gran preocupación por el camino para conseguirlo. Miguel Ángel Ramírez supo adaptarse a la situación. Apostó por caras nuevas: Varane se ha hecho fuerte en el mediocampo, el talento de Jordan Carrillo recuperó su espacio en el equipo, también el trabajo innegable de un desconocido como Jeraldino... El equipo ha sufrido en fases de los partidos, ha tenido incluso un punto de fortuna con balones a la madera o el acierto de Cuéllar en la parada del penalti en Ibiza, pero más allá de eso el plus de intensidad, de sacrificio defensivo y la búsqueda de un juego mucho más directo han servido para que el Sporting tomara aire.

El vestuario ha dado un paso adelante. Más unión, más implicación, un punto más de sacrificio (a pesar de la plaga de lesiones y de la evidente merma física de un equipo en el que algo ha fallado en ese capítulo esta temporada) también han resultado fundamentales.

No ganaba el equipo gijonés dos partidos seguidos desde las jornadas 4 y 5 de la temporada anterior. Llegaron ante el Granada y el Ibiza para que el Sporting, después de Semana Santa, definitivamente resucitara.