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Casi cien niños y niñas saharauis pasan este verano en Asturias en el programa Vacaciones en paz

La Asociación Asturianas de Solidaridad con el Pueblo Saharaui confía en recuperar el próximo año las cifras de participación previas a la pandemia que rozaban los doscientos niños

Vacaciones en paz 2023 Asturias

Gijón

Llevan diez días en Asturias. El pasado 15 de julio aterrizaban en el aeropuerto asturiano casi trescientos menores saharauis en dos vuelos procedentes de la ciudad argelina de Tinduf, próxima a los campamentos de refugiados. De entre ellos, 97 permanecen en Asturias mientras que el resto ha sido derivado a otras comunidades con sus familias de acogida. Baleares, Cantabria. Extremadura y País Vascos son, junto al Principado, el destino de los participantes este año en el que se ha logrado recuperar buena parte de las cifras habituales de participación de este programa.

Como ha explicado en SER Gijón Paula Bernardo García, coordinadora de Vacaciones en Paz, el programa alcanzó "un punto máximo en 2011 con 313 niños solo para Asturias, a partir de ahí, la crisis de 2010 fue bajando la cifra hasta los 180 niños en prepandemia. Los años del Covid (2020 y 2021) no hubo programa y el año pasado, con la sexta ola del Coronavirus, casi no logramos realizarlo, aunque finalmente se pudo hacer con un grupo de 30 niños que repetían: Ese año no hubo programa de captación".

La repetición en el programa por parte de los menores y familias de acogida, es una de las constantes de esta iniciativa que lleva realizándose en Asturias tres décadas seguidas. Hace veinte años, bajo la organización de la Asociación Asturias de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, y diez años antes, con la de otras entidades como Cruz Roja. "Para las familias supone conocer una cultura. Muchos de ellas tiene hijos y les interesa que los niños vean otras vidas, niños con menos posibilidades que están muy cerca de nosotros geográficamente. Se crean vínculos, se acaban convirtiendo en tu familia". Para los niños y niñas, según Bernardo, la experiencia es igualmente enriquecedora que empieza "desde que bajan del avión, con una temperatura de 21 o 22º grados cuando viene de 62º".

El clima, el contraste del paisaje y sobre todo, descubrir "un mundo de posibilidades. Estudios a los que acceder en el futuro, o las revisiones médicas que para nosotros son rutinarias pero que ellos a veces no han pasado nunca. La mayoría están sanos, pero a otros podemos ayudarles a mejorar su calidad de vidas con arreglos en la dentadura, poner gafas o detectar soplos en el corazón. "Es, en palabras de la coordinadora del programa vacaciones en paz, "un choque de realidad absoluto" que muchas veces va a ser un punto de inflexión en la vida de estos niños "cuando vemos a los saharauis adultos que han logrado desplazarse a vivir a otros países o cursas estudios, comprobamos que todo ellos han sido participantes de estos programas".

Las familias de acogida suelen mantener el contacto con los niños y niñas, y muchas veces los visitan en los campamentos de refugiados donde "es impactante ver a esos niños que pasaron el verano aquí occidentalizados, pero ahí es donde viven, con comida con ayuda humanitaria, racionamiento de agua, etc". Vienen con 8 años en adelante, "y vienen a lo desconocido. Hay niños que ya repiten o que ya han estado sus hermanos, pero para muchos es la primera vez. Las lagrimas de los primeros días son inevitables, son dos meses alejados de sus madres. Se hace complicado para ellos, pero también se adaptan muy rápido y al final, también hay algunas lágrimas para irse", ha conatdo paula Bernardo en SER Gijón. .

Los niños participantes en Asturias han sido distribuidos prácticamente por todos los concejos de la comunidad, aunque la mayor parte de ellos se concentran en Oviedo, Avilés o Gijón, donde este año residirán 16 de ellos durante la época estival.

Alicia Álvarez

Alicia Álvarez es licenciada en periodismo por...