Barbón les pide a los nuevos consejeros de su Gobierno que devuelvan con su trabajo lo que Asturias les ha dado

Oviedo

Este martes ha tomado posesión el nuevo Consejo de Gobierno de Adrián Barbón. El presidente se lo dejó bien claro a todos sus consejeros y consejeras: este día va a ser el más feliz de todo el mandato, les dijo, porque el resto va a ser de trabajo y de toma de decisiones que casi nunca van a ser aplaudidas por todos. Les ha pedido que devuelvan desde sus cargos a Asturias lo que Asturias les ha dado a ellos.

Lo primer fue la tradicional foto de grupo en las escalinatas del Palacio de la Presidencia. Tras el posado, una breve reunión en el interior y, casi de inmediato la solemnidad de la promesa -nadie optó por el juramento- en el Salón Europa de la Junta General del Principado ante un centenar de invitados, entre diputados, autoridades y familiares. Ante la mirada del presidente, Barbón, y del de la Junta General, Juan Cofiño, todos repitieron una fórmula similar, aunque la consejera de Educación, Lydia Espina, optó por una fórmula en la que combinó castellano y asturiano.

La ceremonia se cerró con un discurso de unos 6 minutos del presidente, Adrián Barbón, que les dejó bien claro que gobernar no es precisamente una actividad recreativa. Barbón les dijo que no les quiere en los despachos, sino que deben estar en el terreno, y les pidió audacia, ya que “venís a cambiar las cosas”, les dijo. El presidente dedicó buena parte de su intervención a agradecer el trabajo de los consejeros salientes, que se incorporan a otras tareas, bien en la política, bien en las ocupaciones que tenían anteriormente. Algunos lo hacen de forma tan inmediata como el cirujano exconsejero de Sanidad, Pablo Fernández Muñiz, que este miércoles ya tiene quirófano.