El Sporting da marcha atrás
La derrota en El Ferrol, con una preocupante imagen, vuelve a desatar todas las dudas en torno al equipo rojiblanco

Miguel Ángel Ramírez, en A Malata, pidiendo a los jugadores del Sporting dar un paso hacia adelante. / LaLiga

Gijón
Una de cal y dos de arena. O viceversa, porque el dicho nunca ha dejado claro cuál de los dos materiales se impone sobre el otro. El Sporting volvió a las andadas en El Ferrol. ¿Síndrome del viajero? ¿La ausencia de Irarragorri? Sea por lo que sea, el equipo retrocedió lo avanzado en el partido frente al Mirandés, mostrando preocupantes carencias en todas las líneas y cayendo con rotundidad frente a un equipo recién ascendido, porque esta vez no cabía la excusa del potencial de lo que tenías enfrente. Y, con toda su humildad, el Racing de Ferrol fue mejor que un Sporting en el que algunos habían sacado mucho pecho, parece que demasiado, por haber ganado un partido. Queda claro que un grano no hace granero y que este equipo sigue dando motivos para al menos una moderada preocupación con una plantilla que, se pongan como se pongan, no es mejor que la de las dos últimas temporadas, esas en las que el equipo hizo el ridículo y coqueteó con el descenso. En el mediocampo y en ataque, aunque solo sea por número de efectivos, el equipo está mermado, a la espera de lo que pueda pasar en la semana final del mercado. Se podrá mejorar el rendimiento, pero la imagen de los dos partidos fuera de casa alimenta la duda razonable. No fue el partido tan calamitoso como el de Valladolid, pero escaso consuelo es tener que elegir en la escala de grises oscuros.
El Sporting se plantó en A Malata con una alineación muy similar (en cuanto a nombres) a la que funcionó ante el Mirandés, pero con un planteamiento distinto: la baja obligada de Juan Otero llevó a Ramírez a reforzar el mediocampo con la entrada de Varane, adelantar la posición de Nacho Méndez y jugar con un solo delantero. Nada funcionó: el equipo tuvo serios problemas de elaboración y los tres centrocampistas naufragaron; en ataque, el equipo acabó sin un solo disparo entre los tres palos, más allá del gol anulado a Esteban Lozano, que no cuenta para las estadísticas oficiales. Djuka hizo un partido para olvidar. Hassan genera e intenta cosas, pero acaba muy pocas de ellas y se desconecta cuando no está en contacto con el balón. En defensa, su aportación roza la nada.
No sirve como excusa porque también al Racing de Ferrol le anularon un tanto y, a pesar de eso, fue capaz de marcar otros dos y llevarse el partido incluso con comodidad. Contó el equipo gallego con ciertas facilidades en sus tantos: en el primero la de un Pascanu desbordado como lateral derecho (nada ayudado por Hassan en esa banda y muy poco por los mediocampistas) y en el segundo aprovechándose de un rebote. El Racing de Ferrol hizo de la necesidad virtud: la lesión de Chuca en los primeros minutos permitió la entrada de Héber Pena, un futbolista que volvió loco al Sporting con sus internadas por la banda izquierda. Con tan poco, el equipo gallego frenó el aparente buen inicio del Sporting y acabó dejándole con una sensación absoluta de quiero y no puedo.
Ramírez tampoco sale precisamente reforzado de A Malata. Al contrario. La búsqueda de soluciones acumulando delanteros centro en el campo fue, sencillamente, delirante.
El sábado llega el Burgos a El Molinón, con la confianza de que de nuevo en casa y frente a un equipo de la misma provincia que el anterior el partido se parezca algo al de la jornada 2. Y después llega el derbi, ese que puede marcar el cambio radical fuera de casa o un nuevo bajón generalizado para el sportinguismo, que se sigue aferrando a los últimos días del mercado de fichajes para elevar las expectativas, consciente en todo caso de que una llegada o dos difícilmente cambiarán radicalmente al equipo.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




