El Sporting recupera su mejor versión y acaricia la victoria luchando contra todo
Los rojiblancos dieron un recital futbolístico, al que solo le faltó el gol, e incluso con un jugador menos fueron mucho mejores que el Levante

Hassan se va por la banda en una jugada frente al Levante. / LaLiga

Gijón
Así, como jugó el Sporting frente al Levante, está permitido empatar y hasta perder. El fútbol no siempre es justo y no lo fue este sábado con un equipo que se reencontró con las señas de identidad que le habían definido esta temporada. No pudo pasar del empate a cero, porque faltó acierto en ataque (y un punto de fortuna), pero fue aplaudido por su público como si hubiera goleado al rival. Porque el Sporting fue un ejemplo de pundonor, pero también de orden, de seguridad defensiva, de presión asfixiante al rival y de verticalidad. No firmó el empate en ningún momento, ni siquiera jugando con uno menos durante cuarenta minutos por la expulsión de Djuka. Luchó contra los elementos, incluido un arbitraje desesperante que convirtió un partido que simplemente tuvo algunas fases de tensión en lo que, a la vista del acta, parecería una batalla campal. Sumó y sigue invicto en El Molinón. Pierde el segundo puesto, que es algo doloroso, pero volvió a ser el equipo intenso, protagonista y generador de orgullo que ha sido durante casi toda la temporada.
Por lógica, el Sporting debería haber celebrado más el empate que el Levante, que jugó cuarenta minutos con uno menos. Pero fue al revés. Las caras de los futbolistas rojiblancos, frustrados por los dos puntos que, habiéndolos merecido, se escapaban eran el reflejo de la ambición de un equipo que fue valiente hasta el último minuto, cuando Roque Mesa tuvo en su cabeza el gol de la victoria, que hubiera supuesto el éxtasis total en El Molinón.
El dominio del Sporting sobre un supuesto favorito al ascenso empezó con el saque inicial y, aunque con matices, se mantuvo durante todo el partido. Las dudas que pudieron generar los últimos partidos se disiparon pronto: el equipo que enamora al sportinguismo sigue ahí.
El equipo estuvo soberbio en casi todo. Faltó lo principal: el gol. Tuvo muchas llegadas pero pocas ocasiones. Las que tuvo, eso sí, muy claras. Otero estrelló un balón en el palo en la primera parte, Djuka se encontró con el larguero en la segunda y Roque Mesa no pudo aprovechar el centro de Pablo García ya en el añadido.
El guion del partido cambió radicalmente en apenas un minuto: el que pasó desde el impresionante remate de Djuka al larguero, tras girar completamente sobre si mismo, a su expulsión. No se lo creía el delantero balcánico, que veía la segunda amarilla por meter el brazo en la disputa de un balón aéreo. Una decisión posiblemente excesiva, como lo fue la primera amarilla por una protesta. Pero un riesgo que no se debe correr cuando uno está amonestado. Igual que se debe evitar una reacción como la que tuvo el delantero en su retirada, que es posible que le acarree un grave castigo a él y una importante penalización al equipo.
El mejor Sporting ha vuelto. Jugando así, el equipo volverá a ganar muchos partidos. Y, aunque no los gane, El Molinón se dejará las palmas aplaudiéndole.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




