Al Sporting le cortan las alas en Ipurúa
Un polémico penalti en contra impide al equipo gijonés lograr la victoria frente al Eibar, que le hubiera dejado a un punto del líder

Rober Pier remata de cabeza durante el Eibar - Sporting. / LaLiga

El sportinguismo tiene motivos para estar indignado. Orgulloso de su equipo, que empató en Eibar (1-1), pasará unas horas en ascenso directo y acabará el año (y la primera vuelta) tercero, pase lo que pase este jueves en el Valladolid - Racing de Ferrol, pero muy enfadado con otra decisión arbitral polémica que le impidió lograr la victoria en Ipurúa. Esta vez fue un penalti tremendamente riguroso, por un contacto leve en el área cuando el balón ya se perdía por la línea de fondo. Varane comete una imprudencia, un error de principiantes, pero castigar a un equipo de esa manera no es justo. Dado que contacto había, por mínimo que este fuera, el VAR no podía rectificar la decisión de Sánchez López. Una más. En todo caso, hay que dar por bueno el punto, porque el Eibar estrelló un balón en el larguero en el tramo final y porque ese punto le vale al Sporting para acabar entre los mejores y para mantener la distancia con el líder, el Leganés, que también empató a uno contra el Tenerife.
Fue un partido muy táctico, muy bien planteado por Ramírez y muy bien ejecutado por los jugadores en el césped. Los mismos, por cierto, que habían jugado cuatro días antes contra el Leganés, lo cual es noticia ya de por sí con el canario en el banquillo, más aún con el escaso margen entre partido y partido. La apuesta, visto lo visto, le salió bien.
El Sporting estuvo ordenado y fue paciente, consciente de que el Éibar saldría necesitado de una victoria que frenara su mala racha. Si el cuadro armero suele ser más intenso en las primeras partes que en las segundas, todo invitaba a pensar que lo sería aún más dadas las circunstancias. Y ese fue la idea de los locales, pero el buen plan del Sporting les desarmó. Salvo un disparo a puerta de Mario Soriano (que podía haber asistido a Tejero, que entraba por su derecha) y un despiste de Christian Rivera, que no supo aprovechar Bautista tras robarle la cartera al gijonés, el Éibar se quedó en nada durante la primera mitad. El Sporting, agazapado, esperaba su oportunidad. Y vaya si la tuvo.
A los 21 minutos, Róber Pier cortó un balón en campo propio que, insospechadamente, se convertiría en un pase de gol. Campuzano, el renacido, tuvo que hacer varias cosas antes de celebrar el tanto, y todas las hizo bien: el control con el pecho, el autopase, el recorte a Arbilla, la colocación del cuerpo para chutar con la zurda y el disparo cruzado, que tras golpear en el portero se convertía en gol. Quizás esto último, siendo lo más definitivo, fue lo menos bonito de una acción espectacular, que solo un jugador con la calidad del catalán puede hacer de vez en cuando. Afortunadamente, el momento dulce de Campu no se acabó con su lesión. El Sporting y Ramírez lo celebran. Luca Zidane, el portero del Eibar, lo sufrió en sus carnes; su padre, Zinedine, quizás aplaudió desde la grada el gesto técnico, por más que le costara un gol al equipo de su heredero.
Campuzano hizo lo que tenía que hacer. No tuvo oportunidad de aportar mucho más porque, sorprendentemente, no apareció en el césped tras la reanudación. Entró en su lugar Djuka; una decisión solo entendible si el '11' tenía algún problema físico. El montenegrino lo intentó con un disparo a la media vuelta nada más empezar la segunda parte. No aportó mucho más, al margen de ser objeto de un penalti clarísimo que una mano previa del propio jugador del Sporting dejó en nada.
Al contrario de lo que suele ser habitual, el Eibar generó más peligro en la segunda parte que en la primera. Un atentísimo Róber Pier le rebañó el balón a Bautista cuando este ya iba a chutar a bocajarro a escasos centímetros de la portería. Y Yáñez metió una mano prodigiosa para evitar que un zurdazo de Aketxe desde la frontal se colara en la portería. Hasta que llegó el polémico penalti de Varane, que Aketxe convirtió con un lanzamiento imparable. El mismo futbolista local estrelló un balón en el larguero en un lanzamiento de falta impecable. Tuvo suerte ahí el Sporting, porque el balón golpeó en la espalda de Yáñez y, cuando lo normal es que se fuera para dentro, se marchó fuera.
Con mal sabor de boca por haber merecido más en los tres últimos partidos pero en una situación clasificatoria envidiable, el Sporting se queda de vacaciones y tendrá margen para preparar una prometedora segunda vuelta, que no empezará hasta el día 14 con el Huesca. El Sporting ha demostrado ser candidato a todo y tan competitivo como cualquiera. Si los Reyes Magos dejan en Mareo un delantero, que es lo que sigue faltando, las opciones son máximas.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




