Manuel Ovalle: "Ahora solo interesa ganar audiencia y se publica cualquier imagen grabada con un móvil"
El reportero gráfico de televisión más veterano del país publica "Manuel Ovalle, reportero gráfico", coescrito con la periodista Ana Martín para recomponer una trayectoria profesional paralela a la historia de España y del mundo
Manuel Ovalle, cámara TVE, en la SER
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Asturias
Manuel Ovalle (Ponferrada, 1955), cámara de Televisión Española de 1974 a 2021, es el reportero gráfico más veterano de este país. En sus casi cinco décadas de trabajo, ha hecho de todo. Tuvo que estrenar el traje de su boda para cubrir el funeral de Franco en el Valle de los Caídos; vivió en directo el Golpe de Tejero, el crimen de Puerto Hurraco o la victoria de España en el mundial de Sudáfrica. Sus imágenes del terremoto de Haití llegaron hasta la ONU, que tomó medidas contra el gobierno del país al comprobar gracias a la cámara de Ovalle, que se tiraban a un foso los cadáveres de los afectados por el terremoto, mezclados junto a los escombros.
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Por estos y otros muchos motivos, Manolo Ovalle acaba de recopilar la historia de su vida en el libro 'Manuel Ovalle, reportero gráfico', en el que deja claro lo que no debe ser la profesión periodística: "Jamás destapé un cadáver para conseguir una imagen. Ahora solo interesa ganar audiencia y se publica cualquier cosa grabada con un móvil".
Ovalle llegó al reporterismo por su admiración hacia el aventurero Miguel de la Quadra Salcedo (fallecido en 2016), y en su periplo laboral ha estado en 135 países y ha grabado en su cámara hasta 15 conflictos bélicos. En el libro, escrito con la periodista onubense Ana Martín, Ovalle cuenta anécdotas como la de los preparativos de un viaje al Polo Norte con el programa Informe Semanal, que le llevó a comprobar la resistencia de su cámara dentro de unos congeladores en Mercamadrid.
La memoria de Ovalle rescata cómo a las 11.00 horas del lunes 23 de febrero de 1981 sonó el teléfono para prestar una asistencia a la televisión pública francesa con la idea de entrevistar al que aquel día iba a ser investido como nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. Estaba de descanso, pero acudió como ayudante de cámara a una cita que acabó con el asalto al Congreso. Tuvo que refugiarse en un cuarto y cuando quiso llamar a casa para tranquilizar a su familia, uno de los asaltantes rompió el teléfono. Consciente por su experiencia internacional de que los golpistas buscan dirigirse al país por televisión, propuso a su compañero Paco Rueda ponerle el micro a alguno de los asaltantes. "¡Manolo, recoge echando hostias!", zanjó Rueda cuando de madrugada los golpistas los sacaron de un Congreso al que Ovalle, como ayudante del filmador José Manuel Alaiz y ambos bajo la dirección de Iñaki Gabilondo, volvió al día siguiente para ver salir por la ventana a los vencidos asaltantes. "Yo era el responsable de que no se velara la cinta", cuenta sobre la importancia de aquel material.