María José Villanueva: "Me preocupa que lo que es urgente no tenga demora"

Gijón

La actual directora del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) reconoce que pensar hace unas décadas en disponer de un centro hospitalario de referencia nacional era poco más que un sueño. Un sueño que se hizo realidad hace diez años cuando el 14 de junio de 2014 se realizó el traslado de pacientes desde el antiguo HUCA del Cristo a las modernas instalaciones de la Cadellada en las que se invirtieron casi 245 millones de euros.

Este viernes se cumple la primera década de un centro hospitalario en el que a diario ingresan más de cien personas, se operan unas 75 y entran más de 2.000 por consultas externas y 400 para recibir tratamientos oncológicos. Una actividad cotidiana que, sumada y multiplicada por los años, dan cifras de cientos de miles.

Medicina tradicional ligada al paciente

"El HUCA ha cambiado de una forma gradual. Es trabajo de mucha gente durante muchos años. Ese cambio ha sido desde todas las esferas. Desde la arquitectónica, que es un lujo, dotación tecnológica, que es apabullante... También del cambio de la cultura de un Hospital Universitario que es el hospital de toda Asturias porque es referente para muchas patologías y enfermedades. Entendemos la medicina tradicional ligada al paciente. Cosas que técnicamente eran impensables hace una década" señala María José Villanueva, quien destaca la importancia del HUCA en el ámbito sanitario nacional: "Recibimos pacientes de todas las comunidades en temas como cardiopatías familiares, dolor refractario neuropático... También hay muchas cosas en las que el HUCA es pionero y viene gente a formarse de España y de fuera. Por ejemplo, tratamientos de la aorta, los sarcomas de partes blandas... No me gusta decir cosas concretas porque te dejas otras fuera. Gente que viene aquí a operarse y luego se va a su casa".

Tras esta década, aún quedan mucho retos que abordar. "No hay que poner límites. Que todo el que esté investigando y formándose pueda seguir y le demos todos los medios para que lo de hoy parezca anticuado en diez años. El hospital se va quedando pequeño para tantas cosas que hacemos, así que queremos crecer. Nos apoyamos mucho en el Monte Naranco". Entre esos retos, las listas de espera siguen siendo uno de los principales dolores de cabeza para Villanueva: " Reflejan la sociedad que tenemos, envejecida y afectada por patologías crónicas. Me preocupa que lo que es urgente no tenga demora. Hay que poner el foco ahí para no perder el de la globalidad. El resto de patologías nos afectan a traumatología y oftalmología, además de urología y asistencia general. Es el gran grupo de personas que están en una lista de espera y que peleamos por operar cuanto antes".