La nueva delegada del gobierno, "al choque" desde el primer minuto

Oviedo

Tres días exactos le han bastado a Adriana Lastra para confirmar lo que ya se podía anticipar conociendo su trayectoria política: que su perfil como delegada del Gobierno va a ser muy distinto –radicalmente distinto- del de su inmediata predecesora, Delia Losa, e incluso podríamos decir de prácticamente cualquiera de sus predecesores. Lastra se ha retratado ya como una delegada de perfil duro –perfil mucho más político que estrictamente institucional-. Todavía en plena ronda de visitas institucionales para presentarse a las autoridades regionales -este lunes se ha entrevistado con el presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño- ha cuestionado la pertinencia de la presencia institucional en los actos religiosos del 8 de septiembre en Covadonga. Lastra desde luego dice no tener intención de acudir a aquellos actos donde de antemano sabe que va a ser insultada, en alusión a las beligerantes homilías del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, en confrontación directa con las políticas del Gobierno de España. "Espero que el arzobispo recapacite. Yo voy a hablar con él porque ahora debemos tener una relación institucional, y esto que ahora traslado públicamente se lo transmitiré también en privado. Intentaré ir allí donde me inviten, pero tengo claro que no voy a ir donde sepa de manera anticipada que se nos va a insultar a la mayoría de los asturianos y de los españoles. Espero que en esa conversación que tenga con el arzobispo acordemos que el día de Covadonga vuelva ser lo que nunca tuvo que dejar de ser: un día de acuerdo y encuentro entre todos los asturianos", ha dicho desde la sede del parlamento regional.

Igual de beligerante se ha mostrado en su exigencia de cese de la portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Belmonte de Miranda, Carmen Martínez, que este fin de semana colgó un comentario en Facebook en el que se refería al secretario general de UGT, Pepe Álvarez, como “ese pedazo de maricón”. Para Lastra es "un ataque homófobo que demuestra que en cuanto el Partido Popular está un poquito crecido sale lo que son y les salen las costuras. Lo sorprendente no es que la portavoz en Belmonte ataque al secretario general de la UGT sino la callada por respuesta del señor (Álvaro) Queipo y de todo su partido en Asturias. Yo exijo la dimisión o el cese de esta portavoz municipal y las disculpas públicas a la UGT y a todo el colectivo LGTBI".