Fútbol

El Sporting quiere, pero no puede

Los rojiblancos empatan a cero con el Eldense, después de un partido en el que pudieron golear y acabaron pidiendo la hora

Gaspar Campos se lamenta de una ocasión fallada contra el Eldense. / LaLiga

Gijón

Algo no va bien en este inicio de temporada del Sporting. Un punto de seis después de dos partidos en El Molinón es un botín muy pobre. Más allá de eso, el juego del equipo sigue generando dudas. La propuesta es interesante, pero el equipo sigue muy verde en su desarrollo y la falta de mimbres y alternativas tampoco ayuda. Ante el Eldense, el equipo gijonés tuvo más momentos de dominio y posesión que en el partido inaugural, con una segunda parte bastante notable tras las correcciones al descanso, pero no fue suficiente. El 0-0, que resultaba frustrante durante casi todo el partido, acabó siendo una bendición después de ver al Eldense estrellar dos balones en el palo en el tiempo añadido, con Rubén Albés también interviniendo decisivamente para evitar el drama. No quedó otra que dar por bueno un punto que es un botín pobre para un equipo que necesitaba ganar ya.

El Sporting saltó al campo con una sola novedad en el once: Albés premió la buena labor de Nacho Martín en el partido anterior, sacrificando a Bernal, al que pronto tendría que recurrir. Gelabert, como era previsible, debía esperar su oportunidad en el banquillo. Acabaría saliendo, recibiendo una gran ovación, dejando alguna muestra de su enorme calidad pero también cometiendo un error que pudo salir caro.

El partido empezó como el anterior: con un Sporting dominador y con Dubasin pudiendo adelantar al equipo en los primeros minutos, pero esta vez su extraordinario remate de cabeza a un centro de Cote que era un auténtico caramelo se topó con el portero del Eldense, el gijonés Dani Martín. El meta visitante también estuvo atento para evitar un par de minutos después que un buen pase picado de Guille Rosas pudiera llegar a Gaspar Campos.

Pero volvió a El Molinón el efecto gaseosa. El Eldense empezó a crecer en el partido y a mostrar las vergüenzas del Sporting. La defensa era un agujero negro, temblando y haciendo temblar. A Curbelo se le ve un manojo de nervios y Diego Sánchez, a su lado, no era ni la sombra del de la temporada pasada. El canterano dejó correr un balón que Yáñez no esperaba y que le dejaba completamente vendido; afortunadamente se fue fuera tras helar la sangre de todos los sportinguistas. El portero, el mejor del Sporting en el partido (no es buena señal) se encumbró ya en la primera mitad con una doble intervención: primero a un buen disparo de Chapela y después jugándose el tipo saliendo a los pies de Sergio Ortuño. El Molinón empezó a impacientarse con un equipo que se veía sometido por el Eldense, que además desesperaba con sus contantes pérdidas de tiempo.

Al cabreo colectivo se sumó la polémica del tiempo añadido: un posible penalti sobre Dubasin, en una acción en la que Pérez Hernández decía ver claramente que Dumic había tocado balón. El VAR low cost que se aplica en la abandonada Liga Hypermotion no ayudó a resolver la duda.

Pero la polémica arbitral no podía tapar el caos defensivo. El equipo se estaba pegando constantes tiros en los pies y prácticamente todas las ocasiones de peligro del rival venían por errores del propio Sporting. Había que tomar medidas y a Albés no le tembló el pulso: retiró al descanso a Curbelo para dar entrada a Jesús Bernal, retrasando la posición de Olaetxea. Con el retoque el equipo mejoró: incluso se vio otra versión de Diego Sánchez.

El Sporting volvió a salir en tromba, pero arriba sigue teniendo problemas. Otero y Gaspar no acertaron en los primeros minutos. Otero, recuperado como delantero, lo que lleva a una reflexión: si para el puesto de delantero centro se contaba principalmente con Caicedo y Campuzano y, cuando Caicedo está lesionado, Campuzano no juega... ¿Cuál va a ser el rol de Campuzano en el equipo?

Había que seguir buscando soluciones en un banquillo que sigue cogido con pinzas y Albés llamó a Gelabert, lo que El Molinón recibió con una gran ovación. El último fichaje tuvo de cal y arena: mostró su gran calidad y un llamativo liderazgo, pudiendo marcar incluso un gol en una gran acción individual en la que Dani Martín tuvo que intervenir para evitar el debut soñado. Pero se durmió en los laureles en una acción en la que Ortuño le robó la cartera y obligó a intervenir a Yáñez.

El añadido fue una agonía para el Sporting, con el Eldense enviando dos balones a la madera (uno pudo ser un tanto olímpico). Campuzano tuvo la última, pero se embarulló.

No hubo tiempo para más. El Sporting sumó su primer punto de la temporada en otro partido en el que querer, quiso (sobre todo en la segunda parte). Pero, por ahora, no puede. El club debe ponerse las pilas esta semana antes del cierre de un mercado en el que no se va a llevar una buena nota, aunque sea por los tiempos. Y debe hacerlo el entrenador, que tiene que empezar a hacer más competitivo un equipo que por ahora flojea en las dos áreas, donde se decide el fútbol.

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de...