Fútbol

El fortín de El Molinón se agrieta ante el Granada

El Sporting, en una versión más pobre que en partidos anteriores, pierde un partido que pudo empatar de no haberse producido un fuera de juego milimétrico

El Granada celebra su victoria en El Molinón ante la mirada resignada del jugador del Sporting Nacho Martín. / LaLiga

Gijón

Eran palabras mayores: ganar el sexto partido consecutivo en El Molinón y hacerlo ante un rival con tanto potencial como el Granada hubiera sido un auténtico puñetazo encima de la mesa. No pudo ser. Estuvo lejos el Sporting de la victoria, ante un equipo que estuvo casi siempre más cómodo en el partido, pero sí pudieron los rojiblancos sumar al menos un empate de haber subido al marcador el gol de Olaetxea, a centro de Cote, que el VAR anuló por fuera de juego previo.

Casi todo lo destacable del partido sucedió en la segunda parte. La primera fue tediosa, con un cierto dominio del Granada pero sin que el Sporting sufriera apenas; no tuvieron ocasiones los andaluces, más allá de un disparo desviado de Reinier. Los de casa tampoco ofrecieron un gran balance ofensivo, al margen de un par de acciones de Nacho Méndez.

Solo en las fases en las que el partido se volvía algo más alocado, el Sporting parecía disfrutar. Lo intentó en el inicio de la segunda parte, con mucha más aparición de Dubasin, que había pasado casi inadvertido en la primera mitad. De sus botas salió un buen centro que, nada más reanudarse el partido, Pablo García envió fuera. Empezaban a asociarse Méndez, Dubasin y Gelabert y parecía que el Sporting podía imponerse, pero el primer error serio de la tarde permitió a Weissman, absolutamente libre de marca, adelantar al Granada.

Juan Otero, que convive con el debate de si es o no delantero, demostró que sí tiene cosas propias de los buenos en ese puesto. Su marcador sigue pensando cómo puedo rematar de cabeza, tirándose en plancha, cuando parecía completamente cubierto. El colombiano sacó petróleo de un caramelo que le sirvió Dubasin desde la banda derecha. El Pingüino cuando no marca, asiste. Y Otero no solo trabaja: a veces marca golazos como el que igualaba el partido.

Otro fallo de alguien que normalmente es un seguro de vida le costó caro al Sporting. Rubén Yáñez falló clamorosamente al intentar desviar de puños un disparo de Siren Dibo. La jugada venía precidida de un error de Maras en la salida, aunque el del portero fue el más evidente. Dos fallos graves condenaban al Sporting.

Hubo posibilidad de salvar al menos un punto, con un Sporting volcado al ataque y un Granada que acabó encerrado en su campo y achicando agua. Cote, que acababa de saltar al terreno de juego, puso un centro perfecto que Olaetxea remató dos veces: la primera pegó en el larguero y rebotó sobre la línea y, para que no hubiera dudas, acabó empujándola. Pero el VAR echó por tierra las aspiraciones de los rojiblancos de salvar un punto en una noche complicada, pero que de momento no empaña la clasificación del Sporting: el equipo sigue segundo a la espera de los resultados del domingo.

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de...