El Sporting remata su pésimo diciembre dejando escapar un partido inverosímil ante el Málaga (1-3)
Los rojiblancos pierden un partido en el que estrellaron dos balones en la madera, se toparon con el ex del Oviedo Alfonso Herrero y se acabaron rompiendo en defensa
Gijón
Si el entrenador del F.C. Barcelona acuñó la expresión shit november para referirse al pésimo noviembre de su equipo, Rubén Albés podría haber hecho lo propio para analizar el nefasto mes de diciembre de su Sporting, que ha servido para tirar por la borda buena parte de lo hecho en los meses anteriores. El shit december rojiblanco quedó rematado con una derrota inverosímil, en un partido en el que los rojiblancos dominaron, generaron, pudieron golear y acabaron recibiendo un serio correctivo, fruto de una mezcla de falta de acierto, mala suerte e imperdonables errores defensivos de un equipo que merece una repensada en la retaguardia. Oportunidad perdida de mejorar el sabor de boca de cara al parón navideño, de demostrar que no hay Dubadependencia o de llegar al derbi con la posibilidad de alcanzar al Oviedo. ¿Se está cayendo el equipo? ¿Fue bonito mientras duró? Son ahora las dudas del sportinguismo para acabar el 2024.
Este Sporting hace cosas para frotarse los ojos. Pero no siempre para bien. A la vista de los números, de las meras estadísticas, es increíble que el equipo gijonés no ganara incluso con facilidad al Málaga. Aunque no resulta tan increíble para quienes siguen de cerca al Sporting, que saben lo que le cuesta este equipo marcar un gol y que además últimamente concede unos regalos insoportables en defensa.
El Sporting, dominador desde el inicio, tuvo la mala suerte de encontrarse a un motivadísimo y acertado Alfonso Herrero, portero de pasado azul que realizó dos paradones a remates de Víctor Campuzano y Gaspar, y de toparse después dos veces con el larguero, en lanzamientos de Pablo García y Nacho Méndez.
Era frustrante ver cómo, con todo lo generado, el Sporting era incapaz de encontrar el gol y el Málaga, en un zarpazo nada más comenzar la segunda parte, se ponía por delante. Un disparo de Baturina desde fuera del área, ajustado al palo, que adelantaba a los visitantes de forma sorpresiva. El gol no hundió (al menos inicialmente) ni al equipo ni a la afición. Tocaba apelar a la épica, a la remontada contra todo y contra todos, también contra el criterio arbitral. Ahí llegaron los dos balones a la madera, antes de que el minucioso análisis del VAR encontrara un penalti favorable. Y decimos que se lo encontrara porque inicialmente lo revisable parecía una patada en el muslo a Diego Sánchez, que se quedó tendido en el área, quejoso. Pero lo que apareció en el análisis de la acción fue una mano que servía en bandeja al Sporting la posibilidad de empatar. Campuzano erró en el lanzamiento (Herrero seguía motivado), pero estuvo atento para marcar en el rechace.
Y entonces, lanzado a por la victoria, al Sporting se la abrieron todas las costuras atrás. Las concesiones de la defensa permitieron que en cuatro minutos el recién ingresado Dioni marcara dos goles sencillos. Nuevamente en evidencia la zaga rojiblanca, en la que Róber Pier no puede ejercer de líder (no lo era con Insua, que le mejoraba, pero claramente no ha recogido ese testigo, a pesar de la enorme apuesta del club por él), al tiempo que resulta chocante que Albés mantuviera en el campo durante cien minutos a un futbolista recién salido de una lesión larga, como Diego Sánchez. Una cosa es la confianza y otra el abuso. Cote, lamentablemente, tampoco está al nivel habitual esta temporada.
A Albés se le está rompiendo el equipo atrás, a lo que hay que añadir lo que todo el mundo sabía: que arriba el Sporting tiene unas carencias que no se han cubierto, como si aquí no pasara nada. De hecho, la delantera parece haber empeorado con los cambios del verano. Si se juntan el hambre con las ganas de comer...
Diciembre, otra vez, deja frustrados a los sportinguistas. El nuevo año podría devolverles la ilusión si el equipo es capaz de ganar el derbi (concediendo así y con tan poca puntería, difícil) y si en este mercado de invierno sí se logra mejorar la plantilla, algo que tampoco parece muy claro. Y, con lo que tiene, Albés debe aclarar sus ideas y recuperar la solidez, porque el equipo hace aguas en defensa. Y si no le metes un gol al arcoíris (sobre todo sin Dubasin ni Otero) y además te dejas meter tres goles, la misión es imposible.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...