La consejera de Industria acorralada en la Junta por su papel en la concesión minera a Blue Solving

Oviedo

La consejera de Transición Ecológica e Industria del Principado, Belarmina Díaz, necesitaba este viernes algo que ofrecer, alguna novedad relevante con la que pertrecharse ante una comparecencia en el parlamento asturiano a la que acudía totalmente expuesta a los ataques que a buen seguro –así ha sido- le iba a dedicar la oposición. Acudía a petición propia –como repetidamente ha recordado el gobierno del Principado- pero lo contrario hubiera sido difícil de explicar cuando el motivo de su presencia era informar formalmente a la cámara sobre las circunstancias de un accidente laboral que ha costa la vida de cinco trabajadores, el de la mina de Cerredo.

Ha acudido a la comisión de industria provista de una carpeta de anillas con decenas de folios salpicadas de marcapáginas, aunque la novedad relativa novedad, la ha soltado a las primeras de cambio. Era lo que parecía, en Cerredo se estaba sacando carbón sin permiso. Los técnicos de minas que bajaron el martes a la planta tercera, la del accidente, se encontraron evidencias casi irrefutables: dos enormes huecos cuyo único cometido posible era picar carbón. La verdadera revelación han sido las condiciones en las que se trabajaba. La mina de Blue Solving en Degaña era más parecida a un chamizo de montaña de comienzas del siglo XX que a una mina del XXI, ha contado Díaz.

Pero no ha sido suficiente esta revelación para desactivar la lluvia de reproches que le ha llovido a Díaz, desde todos los flancos del parlamento. Porque Incluso ha habido fuego amigo: IU tampoco se da por satisfecha con las explicaciones de la consejera, que se ha tenido que defender frente a los ataques recibidos por el visto bueno para que Blue Solving se convirtiera en titular de la mina sin importar las muchas circunstancias que eran públicas que la convertían en una empresa menos que poco fiable. Hay antecedentes de actividad minera irregular, denuncias de funcionarios públicos, de particulares, una sentencia judicial condenatoria por un accidente mortal previo…

Foro, el PP y desde luego Vox, dicen haberse sentido burlados por las insuficientes explicaciones de la consejera y hay quien le ha aplicado a la comparecencia términos como vergüenza, lamentable o intolerable. A la oposición lo que les interesaba sobre todo es cómo es posible que esta empresa pasó el filtro para estar al frente de una nueva concesión. Y cómo la administración ignoró las muchas denuncias sobre su actividad. Las había de la guardería de Medio Natural, de particulares… La consejera se ha esforzado en explicar que la autorización por su parte es ajena a estas circunstancias. El cuestionamiento del papel del Principado por parte de la derecha iba de suyo, pero quizá a la consejera y al presidente Barbón debería preocuparle más que nada el dictamen de la portavoz de sus socios de gobierno, Izquierda Unida, Delia Campomanes, que ha hablado de una "comparecencia fallida".

Pero lo que tenía por delante la consejera hoy era un auténtico maratón de adversidades que ponía a prueba su capacidad de resistencia, porque la sesión de la comisión de Industria no se agotaba en este asunto, el de la mina de Cerredo, de entidad suficiente para una comisión monográfica. Por ejemplo, tuvo que responder cara a cara a una pregunta del diputado de Foro, Adrián Pumares, que ha pedido du cabeza por su supuesto conflicto de intereses relacionado con los negocios vinculados al sector minero de su marido y su hermano. Ha sido la gota que ha colmado el vaso. Díaz, aunque sea por un instante ha acabado por quebrarse con los ojos brillantes, pero sin rebajar un ápice la firmeza en la defensa de su integridad.