Sociedad

César Movilla: "Se ha normalizado la violencia en el ámbito sanitario"

El Gobierno de Asturias pone en marcha el Observatorio de Agresiones a Profesionales Sanitarios

César Movilla, jefe de la Oficina de Coordinación de Prevención de Riesgos Laborales, en la SER

Asturias

El año pasado, el Sespa registró 365 agresiones, un 12% menos que en 2023. De ellas, el 25% fueron ataques físicos en distinto grado de intensidad, mientras que el 75% restante fueron verbales y gestuales, amenazas y actitudes de desprecio. En total, se tramitaron 21 denuncias.

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El 60% de las agresiones ocurrieron en los hospitales y el 84% de las víctimas fueron mujeres, mayoritariamente personal de enfermería y medicina. Respecto a la edad, en el 59% de los casos afectaron a profesionales de 35 a 55 años. Los lugares en los que se producen ataques con mayor frecuencia son las consultas hospitalarias y las plantas de hospitalización, con 96 cada una, seguidas por la red de salud mental y las unidades de Psiquiatría.

Los registros del Sespa reflejan que el 78% de los agresores eran pacientes -hombres en su mayoría-, mientras que el 22% fueron familiares o acompañantes. Además, 156 ataques fueron provocados por personas reincidentes, una tendencia que se ha mantenido en los dos últimos años.

De enero a marzo de este año se registraron 105 denuncias, por lo que se produce un descenso respecto al mismo período de 2024, cuando se tramitaron 121

Los datos hablan por sí solos: sólo uno de cada cinco profesionales afectados decide denunciar o comunicar oficialmente la agresión. "Es sólo la punta del iceberg porque esa cantidad habría que multiplicarla por cinco para aproximarse a la realidad de la situación", señala César Movilla, jefe de la Oficina de Coordinación de Prevención de Riesgos Laborales. "El fracaso está en que se ha normalizado la violencia en el ámbito sanitario", añade.

Frente a esta situación, el Gobierno de Asturias ha constituido el Observatorio de Agresiones a Profesionales Sanitarios, un órgano colegiado de carácter consultivo y de participación que se encargará de analizar, evaluar y prevenir las situaciones de violencia registradas en centros y servicios sanitarios de la red pública.

El órgano está compuesto por una treintena de personas entre representantes del Sespa y de sus ocho áreas sanitarias, del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, de las organizaciones sindicales y de los interlocutores policiales sanitarios, tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil. El foro convocará sesiones plenarias una vez al año y comisiones técnicas. Además, se podrán crear grupos técnicos de trabajo.

Las principales funciones del observatorio son las siguientes: realizar estudios sobre las agresiones en los centros sanitarios del Sespa y elaborar una memoria anual de actividades. Impulsar planes formativos para hacer frente a situaciones violentas en el sector sanitario, favorecer el trato correcto y garantizar una comunicación fluida entre profesionales y usuarios. Promover encuentros entre profesionales y expertos para facilitar el intercambio de experiencias, investigaciones y trabajos sobre la prevención de las agresiones.

Orientar al personal del Sespa en la resolución de situaciones conflictivas en su entorno laboral con las personas usuarias. Elevar a la gerencia del Sespa propuestas para reducir las agresiones a profesionales. Y realizar un seguimiento y control de las agresiones para contar con datos actualizados y facilitar su explotación.

"Los profesionales deben denunciar, porque es la forma de dar a conocer el problema y poder atajarlo", considera Movilla, que ve en la creación del Observatorio un paso adelante y una forma de ir avanzando y consolidar cifras que invitan a cierto optimismo: "Asturias fue una de las únicas comunidades en las que disminuyeron las agresiones a profesionales sanitarios", destacaba Movilla. En concreto, un 12% con respecto al año 2023.