Un Sporting camaleónico mantiene su idilio con El Molinón
Los rojiblancos, con una imagen diferente a partidos anteriores, encadena contra la Cultural su tercera victoria (1-0)

Lucas Perrin celebra su gol a la Cultural Leonesa. / LaLiga

Gijón
Desde el mes de abril, ir a El Molinón acaba siempre en fiesta. Hace casi seis meses que el Sporting no conoce la derrota como local, desde que perdiera el 5 abril contra el Tenerife. La racha, no por casualidad, coincide con la llegada de Asier Garitano al banquillo rojiblanco. El idilio continúa: este viernes un Sporting camaleónico, diferente al de las dos primeras jornadas, pero igualmente efectivo, le ganó 1-0 a la Cultural y Deportiva Leonesa, encadenando la tercera victoria de la temporada, manteniéndose encaramado al liderato de la categoría y haciendo disfrutar a un Molinón que se supera a sí mismo: 25.146 espectadores mejoraron la entrada de la primera jornada.
Con Otero desplazado a una banda para cubrir la ausencia de Gaspar en el once inicial y Amadou en punta, demostrando que aún con su inexperiencia y sus limitaciones sigue por delante de Caicedo, el Sporting salió al campo mandón, dominador, dispuesto a jugar todo el tiempo posible en campo contrario y demostrando que si quiere (y le conviene) puede cambiar de piel y convertirse en un equipo dominador. La estadística de la posesión de balón esta vez se giró completamente: en la primera media hora el dato de los rojiblancos rondaba el 80%.
Generó el Sporting lo suficiente como para adelantarse, pero Edgar Badía salvó a la Cultu en las ocasiones de Gelabert, Pablo Vázquez o Guille Rosas, pero sobre todo en una bonita jugada de tiralíneas con apertura a la banda de Gelabert y un centro maravilloso de Dubasin que Amadou (pese a tener dos defensas encima) consiguió rematar con el interior. Pero el portero visitante, en dos tiempos, frustró otro intento de los rojiblancos.
El Sporting era un equipo muy aplicado tácticamente, con un perfecto posicionamiento en el campo, que le permitía asfixiar con su presión al rival cuando perdía la pelota. Se empecinaba, eso sí, en entrar por el centro, donde se asociaban jugadores de una indudable calidad como Gelabert, Dubasin o Corredera, y sin embargo el mayor peligro del equipo llegaba cuando abría el campo y generaba peligro desde las bandas.
Una golpeo con el brazo de Corredera en el área, al filo del descanso, puso los pelos de punta al sportinguismo. Desde la Sala VOR se resolvió rápidamente a favor del equipo gijonés, afortunadamente. La amarilla a Gelabert en la acción posterior también encrespó a un encendido Molinón.
Solo se resistía el gol, hasta que el pertinaz y resiliente Juan Otero volvió a vestirse el traje de asistente. Fue el único en todo El Molinón que no dio por perdido un balón que parecía marcharse por la línea de fondo, convirtiéndolo en una asistencia para el remate de cabeza de Perrin, que ya no solo celebra despejes sino también goles con la camiseta rojiblanca.
El primer partido en El Molinón dejó cierto debate sobre la figura de Rubén Yáñez. Pero el portero ya se ha desquitado de aquel error con creces. Lo hizo siendo el mejor en Ceuta y lo confirmó con un paradón espectacular a un lanzamiento de falta de Pibe, ante el que el guardameta rojiblanco realizó un vuelo sin motor para alivio y jolgorio de todo El Molinón. También hay paradas que se pueden celebrar como goles.
Defendiéndose como gato panza arriba y con Caicedo demostrando que da igual cómo tenga las ocasiones, que no le marca un gol a nadie, el Sporting pudo celebrar la tercera victoria de la temporada, en un inicio impecable y, además, con una imagen más vistosa que en partido anteriores. Aunque, con el Sporting, sufrir hasta el pitido final sigue siendo marca de la casa. Así se disfruta más.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




