El Sporting respira sobre la bocina
Un gol de Dubasin en el último segundo, tras un fallo clamoroso del portero del Caudal, clasifica al Sporting para la siguiente ronda de Copa

Una acción del Caudal Deportivo - Real Sporting de Gijón. / Cadena SER

Mieres
Cuando en el Hermanos Antuña todo el mundo asimilaba que la eliminatoria entre el Caudal y el Sporting se iría a la prórroga, un fallo clamoroso del portero caudalista le regaló la clasificación para la siguiente ronda de Copa del Rey a un Sporting en el que volvió a quedar patente la enorme descompensación entre titulares y suplentes. Al guardameta local se le escurrió (fruto del césped artificial, de la lluvia y quizás de algo de confianza) un disparo de Dubasin que no llevaba ningún peligro. Fue la última acción del partido; ni siquiera hubo tiempo para sacar de centro. El Caudal, que había peleado con uñas y dientes la clasificación, no se lo podía creer. Sobre la bocina, el Sporting lograba el objetivo de pasar de ronda y aplacar debates sobre el nivel de su segunda unidad.
Que el autor del gol fuera Jonathan Dubasin resultó justicia divina. Él fue quien se echó el equipo a la espalda en varias fases del partido. Él y, sorprendentemente, algunos de los canteranos que tuvieron su oportunidad en esta eliminatoria. Especialmente destacado, por su descaro y su verticalidad, fue el papel de Nico Riestra, que pese a entrar por sorpresa ante la lesión a última hora de Mamadou Loum (la peor noticia de la tarde) estuvo a un gran nivel e incluso rozó el gol en el tramo final.
Manu Rodríguez y Carlos Hernández también saldaron su actuación con buena nota. El portero Venteo, que empezó algo nervioso, se acabó templando y realizando alguna intervención de mérito. Distinto es el caso de jugadores de la primera plantilla que no juegan nunca o casi nunca, con ningún entrenador, y el partido de Mieres fue revelador del porqué.
Es evidente la descompensación de la plantilla del Sporting. Hay jugadores con fichas muy bajas que pueden ser explicables, pero hay casos absolutamente irresolubles, como el de Jordy Caicedo. El ecuatoriano no consigue marcar ni siquiera a un rival de Tercera Federación: tuvo mala fortuna en un remate de cabeza que le sacaron el portero y el larguero, pero el resto del partido estuvo torpe y fallón. De hecho fue despedido con pitos por parte de los seguidores del Sporting presentes en el Hermanos Antuña. No hay solución. De hecho, la salida de Amadou mejoró notablemente el ataque del Sporting. Y eso que Amadou no es internacional.
El Caudal tuvo sus fases en el partido, en las que minimizó la diferencia de categoría e incluso dominó. En la primera parte Diego Boza pidió penalti tras una gran acción de Iván Elena, aunque Kembo había sacado limpiamente el balón.
En el inicio de la segunda también estuvo mejor el Caudal que el Sporting. Iván Elena aprovechó un horrible despeje de Kembo para dar un susto, aunque su disparo salió desviado. Los mierenses llegaron a marcar un gol, en una acción en la que la defensa rojiblanca permitió que dos jugadores locales peinaran el balón en el área pequeña, aunque el gol acabó anulado por fuera de juego de Alburquerque.
Respondió el Sporting con un disparo a la cruceta de Oscar Cortés, que dejó algunos chispazos durante el encuentro.
Ninguno de los dos equipos quería llegar a la prórroga. Íker Venteo detuvo el remate de cabeza de Michael y Nico Riestra tuvo el gol en sus botas, pero el disparo se le fue alto. Cuando ya el tiempo extra parecía inevitable, llegó el fallo del portero y el tanto de Dubasin, que servía para cumplir el trámite y permitirse una ronda más de Copa. Aunque lo próximo será recuperarse para la Liga, con la plaga de bajas, la demostración de que en muchos puestos no hay recambios de garantía y, eso sí, el toque a la puerta de algunos canteranos que se merecen una oportunidad más que otros futbolistas más consagrados.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




