María López Fanjul: “Cuando salió a concurso la dirección del Museo Bellas Artes de Asturias, fue como si el destino me pusiera delante el puesto soñado”
La nueva directora del museo aterriza en Oviedo tras una trayectoria internacional que abarca algunos de los grandes templos museísticos europeos como Berlín, Florencia, Roma o Londres


Oviedo
La nueva directora del Museo Bellas Artes de Asturias, María López Fanjul, aterriza en Oviedo tras una trayectoria internacional que abarca algunos de los grandes templos museísticos europeos como Berlín, Florencia, Roma o Londres. Y lo hace con una mezcla de ilusión, convicción y una mirada profundamente renovadora sobre lo que debe ser un museo del siglo XXI.
En los últimos días muchas personas le han preguntado por qué alguien que era jefa de conservación en la imponente Isla de los Museos de Berlín decidía mudarse a Asturias. La sorpresa es mutua. “Me ha llamado muchísimo la atención esa pregunta”, reconoce. “Cuando salió a concurso la dirección del Museo de Bellas Artes, fue como si el destino me pusiera delante el puesto soñado”, puntualiza.
Acostumbrada a gestionar instituciones de gran envergadura —“mover un museo de Berlín es como mover una fábrica de tanques”, afirma—, López Fanjul llevaba tiempo deseando “trabajar en un museo de dimensiones más reducidas, pero no por ello de menor calidad, y con un equipo profesional y con ganas”.
“Asturias está en pleno crecimiento y ofrece una visión de la cultura múltiple: música clásica y moderna, naturaleza, gastronomía… todo ello forma parte del patrimonio cultural”, afirma.
Una primera exposición que vuelve a los orígenes
Su puesta de largo ha sido la inauguración de la nueva obra invitada, titulada “Piezas maestras del juguete español”, que reúne cinco juguetes históricos procedentes de la colección asturiana Quiroga-Monte. Podría parecer un gesto simbólico, casi un retorno a los inicios. Y de algún modo lo es.
“Me recuerda algo que aprendí hace 14 años, cuando nació mi primera hija”, explica. “Ella me enseñó a perder la vergüenza que uno va acumulando con la edad. A mirar el mundo como un niño, con ilusión, donde todo es creatividad y descubrimiento”, añade.
Ideas nuevas y un modelo de dirección horizontal
López Fanjul ya ha comenzado a reunirse con el equipo y asegura que llega con muchas ideas, pero también con una filosofía de trabajo muy clara: “No entiendo mi trabajo en solitario”, afirma. “Mi función es facilitar que mis compañeros puedan ejercer sus responsabilidades de la mejor manera posible”.
Su experiencia en Berlín refuerza esta visión. Allí dirigió departamentos pioneros como el de desarrollo de audiencias, donde impulsó proyectos en colaboración con instituciones que, en apariencia, tenían poco que ver con las bellas artes.
“De esos cruces surgieron iniciativas relevantes, importantísimas. Es ese espíritu el que quiero traer aquí: quitar los límites que los museos de arte se han autoimpuesto”, comentó.
Con esa mezcla de ambición, humildad y entusiasmo, López Fanjul inicia una nueva etapa para el Museo de Bellas Artes de Asturias, un museo que quiere expandirse, conectar con nuevos públicos y situarse como un referente cultural.




