¡Basta de ruido!

Un edificio muy cercano al de la SER en la Gran Vía de Madrid lleva meses en obras y, a veces, el ruido que generan molesta. David Broncano, algo descontento con el funcionamiento de los auriculares que le prestó un miembro del equipo, baja a la calle y habla con un operario de esa obra. Tras una pequeña demostración del funcionamiento de la grúa, el nuevo amigo de Broncano nos cuenta que el ruido no le estorba porque, aunque trabaja con él, lo hace en un espacio abierto. ¿Y los demás? ¿Nos estamos acostumbrando a un nivel de ruido demasiado alto? Manuel Sánchez Malmierca, Director del Laboratorio de Neurociencia Auditiva y Cognitiva de la Universidad de Salamanca, nos explica que, desde una perspectiva física, el ruido es “un sonido compuesto por diferentes frecuencias e intensidades desorganizadas y aleatorias”. Dependiendo de las frecuencias que contenga un ruido, este puede ser blanco (si contiene todas las del sonido) o de otros “colores”. También dice que, debido a ciertos mecanismos neuronales de adaptación, es posible acostumbrarse a un ruido, por molesto que sea, hasta poder ignorarlo.