La Columna de Carlos Arcaya: «Economía y estrés climático»

Ayer por la noche, la Cámara reivindicó -con razón- la resiliencia y el valor del tejido productivo alicantino, afectado por la dureza de esta pandemia global. Pasada la crisis sanitaria y superado el debate sobre la salud y la economía -no tenía recorrido el asunto más allá de las urgencias del momento-, ahora es necesario apoyar la recuperación económica; que la economía de provincias como Alicante salga reformada y fortalecida, pero sin olvidar lo sucedido. Y en ese sentido, ayer, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, recordando que estos días se celebra la Cumbre del Clima de Glasgow, alertaba sobre la incertidumbre que para el sistema económico puede generar el estrés climático. La pandemia nos está mostrado nuestra interdependencia y todavía observamos con temor cómo nos cuesta recuperarnos de la parálisis, lo que está provocando desabastecimientos y encarecimiento de materias primas. Evitar el calentamiento global obliga también a introducir cambios que pueden tener sus costes, pero que si se afrontan decididamente pueden generar nuevas oportunidades. Y de esta forma, aprendiendo de lo que ya sabemos, Lagarde pide que nos anticipemos a una posible crisis climática con repercusiones globales. No olvidemos lo que nos ha enseñado la COVID-19.