España, un capítulo de 'Cuéntame'

Los presupuestos que ayer presentó el gobierno son efectivamente los de la recuperación. Porque recuperan la España de finales de los 80. La España de hace dos décadas, al menos en términos de inversión pública. Desde entonces la inversión pública en nuestro país no había sido tan baja, apenas cinco mil millones de euros. Los presupuestos que detalló Montoro son difíciles de analizar a futuro, porque hasta ahora ninguno de los suyos se ha cumplido, tampoco sus previsiones. Los presentados ayer parten de una previsión de crecimiento del 0,7% y por primera vez se reconoce que la deuda pública llega prácticamente al cien por cien. Todos los recortes, todos los sacrificios no han impedido que en estos dos años de gobierno Rajoy la deuda haya crecido más que en toda la etapa Zapatero. Y ese boquete se lleva en intereses buena parte del dinero. Las otras dos grandes patas son para pagar el paro y las pensiones. No son presupuestos de crisis, son presupuestos en crisis porque entre la ausencia de inversión y la asfixia de familias y empresas en impuestos y deudas. Estas cuentas fían cualquier mejora de nuestra economía a la exportación, es decir ponen nuestro frágil destino en manos ajenas, en los mercados que deben comprar nuestras mercancías. Y ni los países emergentes ni los de nuestro entorno están libres de caídas y accidentes. No hay ni un atisbo de estímulo del empleo y el consumo, los pensionistas perderán poder adquisitivo, los funcionarios públicos seguirán congelados, crecen mínimamente las partidas de becas y de I+D+I, pero caen las de libros de texto. Y

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