El que a hierro mata...

Espero que el día de hoy sea más tranquilo, porque el de ayer, con la dimisión del Presidente del Barça, que intuíamos desde la noche anterior, ya amaneció acelerado.

Se marcha Rosell justificándose en amenazas a su familia, que no aclaró de quién ni por qué, y en el proceso judicial que se le viene encima por los agujeros tan sospechosos que hay en el contrato de Neymar para la Fiscalía y posiblemente después para la Agencia Tributaria. Se marcha pero el proceso seguirá, y las posibles consecuencias económicas conviene recordar que caerán sobre los avalistas de la Junta y el Presidente que firmó, o sea, él. Y puede que sean cantidades escandalosamente importantes, que habrá que justificar mejor y por las que habrá que cotizar.

Algo parecido a lo que le ocurrió a su antecesor Joan Laporta, que tiene aún la espada del embargo sobre sus bienes por la demanda que promovió Rosell.

Ahora, esa misma espada, es la que amenaza su futuro. Desagradable, pero ejemplar para nuestro deporte y especialmente para nuestro fútbol, cuyos presidentes habrán de recordar estas cosas, y también que "el que a hierro mata a hierro muere".