Acusaciones en segundo plano

En Navarra llevan años peleando sobre alianzas, porque las elecciones dibujan, una y otra vez, un mosaico político fragmentado. Lo lamentable es que ese pesadísimo debate está dejando ahora en segundo plano las muy graves acusaciones formuladas, en sede parlamentaria, por la ex directora de Hacienda contra la vicepresidenta y consejera de Economía, Lourdes Goicoechea. El escándalo debería ser mayúsculo porque la denunciante, que es funcionaria, afirma que la señora Goicoechea intentó, nada menos, que acceder al Plan de Inspección a fin de saber si entre los contribuyentes seleccionados se encontraban clientes de su antigua empresa de asesoría. ¿Se hacen cruces en los ambientes políticos navarros ante semejante acusación? ¿Se unen para desterrar la posible corrupción, pedir disculpas a los ciudadanos y expulsar a los posibles implicados? No, nada de eso. El partido de Unión del Pueblo Navarro, al que pertenece la presidenta de la Comunidad y la acusada, se las ha arreglado para que todo gire en torno a otra cosa: la irresponsabilidad de los socialistas por anunciar que, si nadie dimite, presentarán una moción de censura. Y ahora viene lo bueno: ¿quién apoyaría esa posible moción? Bildu, los abertzales vascos. Qué cosas. La señora Goicoechea estaría encantada, si no fuera porque, afortunadamente, existe una asociación ciudadana que ha presentado, por su cuenta, una denuncia en el Supremo.