Nadie quiere una guerra, y no sólo por razones humanitarias

Estados Unidos ha suspendido esta madrugada toda la cooperación militar con Rusia por su papel en la crisis de Ucrania. Y también ha ordenado cancelar las negociaciones comerciales con Moscú. Obama se ha reunido con su equipo de seguridad para preparar medidas que pretenden, asegura, el aislamiento internacional de Rusia.

Es la noticia de la madrugada, el último paso en el tablero ucranio. Los países de Occidente siguen elevando el tono y las acciones de la respuesta a Putin, pero de manera muy gradual y contenida. Nadie quiere una guerra, y no sólo por razones humanitarias. Por Ucrania pasa el 80% del gas ruso con destino a Europa. Bruselas no pasó de las palabras en la reunión de sus ministros de exteriores de ayer. Eso sí, palabras que expresan claramente la gravedad del momento, como las del ministro español García Margallo.

Hoy la agenda diplomática del conflicto se traslada a España, porque viaja a Madrid el ministro ruso de exteriores, Sergei Lavrov. Se verá aquí con el rey, el presidente del gobierno y la titular de la política exterior europea, con Catherine Ashton. La noche ha sido tranquila en Crimea, la península por donde patrullan ya 16.000 soldados rusos.