Ahora ponen mucho más cuidado

"No podemos pensar que un jubilado que cobra su pensión es un ignorante financiero", dijo Miguel Blesa ante el juez. Tiene razón. Él mismo es buena prueba de ello: tiene 67 años, está retirado y sabe un montón sobre cómo hacer dinero sin muchos quebraderos de cabeza. La cosa es que muchos creen que Blesa, ese jubilado listo, sabía perfectamente que lanzaba una emisión de participaciones preferentes cuando la Caja que presidia pasaba ya grandes apuros de insolvencia. Eso es un delito. Y que le pareció muy bien que ese producto se vendiera a unos 82.000 clientes, jubilados y no jubilados, pero, en buena medida, personas que confiaban tontamente en que su Caja no les iba a estafar. Blesa no se molestó mucho en parecer una persona de fiar. Ayer se dedicó a repartir culpas a diestro y siniestro: desde los directores de sucursales hasta el departamento de marketing, todos fueron responsables, menos él. Los bancos ponen ahora mucho más cuidado en lo que hacen. Bankia, por ejemplo, obliga a los clientes que obtienen una hipoteca a que escriban a mano en el contrato que saben que esa hipoteca tiene un tope que impedirá que se reduzca la cuota mensual aunque el Euribor este por los suelos. Desde luego, así no podrán decir que se les ha engañado. Sólo que se ha abusado de ellos. Qué cosas.