Déficit y derechos humanos, tal para cual

En algún momento de los debates de los consejos europeos que se celebraron durante la crisis del euro, la canciller alemana Ángela Merkel llegó a proponer que se retirara el derecho a voto a los países que no fueran capaces de reducir su déficit, un mecanismo reservado en los tratados para aislar a los países que violen seriamente los derechos humanos, la democracia y la libertad. Parece que ese fue uno de los pocos momentos en los que el presidente del Gobierno español saltó de su silla, inmediatamente después de que lo hiciera su colega rumano, el primero en reaccionar indignado: "Esta situación no puede compararse a una violación de los derechos humanos, señora", proclamó. La canciller alemana tuvo el respaldo del entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, siempre dispuesto a sumarse a sus propuestas.

La anécdota aparece en un libro que acaban de publicar en Alemania los corresponsables de un importante periódico alemán y de una televisión austríaca, que se las han arreglado para conseguir lo que se suelen llamar protocolos antici, es decir las notas informales tomadas en esas tensas reuniones, entre 2010 y 2013. El libro se titula "Quienes tiran de las cuerdas en Europa" y, además de los protocolos, incluye detalles divertidos sobre aquellas largas noches: Sarkozy se hizo instalar una máquina de café expreso en una sala adjunta y el presidente de Chipre, una cama.