Aroma de optimismo

Me dejó un aroma de optimismo para el Mundial anoche la Selección, porque fue muy superior a Italia desde la primera parte, donde zarandearon de un lado a otro, y siempre en su campo, a la selección italiana. Diego Costa estuvo un tanto desubicado en esa primera mitad, más obsesionado con dar que en marcar él, quizá porque le interesaba más ganarse a los compañeros que justificar su titularidad.

Muy bien en defensa la Selección, que se mostró sobria con Javi Martínez y Ramos y rapidísima con Jordi Alba y Azpilicueta, y el centro del campo sensacional, porque Iniesta estuvo fabuloso en la primera parte, y en la segunda, la entrada de Xabi Alonso y la magia de Silva, hizo más vertical a la Selección y las llegadas más continuas y más peligrosas, que produjeron ese gol de fantasía que hizo Pedro después de un taconazo de Iniesta.

La noche fue emotiva y emocionante desde antes del partido, con el recuerdo a Luis Aragonés, durante el partido, porque la Selección nos confirmó la confianza que la tenemos, y finalmente porque se produjo una victoria frente a una selección que ha sido cuatro veces campeona del mundo.

Faltan exactamente cien días para que comience el Mundial, tiempo suficiente para que la suerte, buena o mala, pueda influir decisivamente, pero el aroma es de optimismo.