11-M: Por favor, un respeto

En cada generación hay algún hecho que queda grabado a sangre y fuego en su biografía. Pero la verdad es que el 11-M ha marcado a más de una generación, si consideramos que el plazo comúnmente aceptado para calcularlas es de unos 20 años. Mañana se cumple una década de esa tragedia que recordamos por tres factores fundamentales: el primero, el dolor. La magnitud, la intensidad, el tsunami de dolor que paralizó Madrid aquel día, comenzando por el de las víctimas, claro. El segundo, la respuesta ciudadana. Una lección de civismo, de coraje, de solidaridad que al menos atenuó lo insoportable de la tragedia. Y el tercero, la mentira. Cómo se manipuló, cómo se intentó engañar porque había unas elecciones a la vuelta de la esquina, los años que duró aquella vergüenza de la conspiración; que si la mano oculta de ETA, que si policías que habían diseminado pruebas falsas, que si jueces vendidos, que si Rubalcaba, que si el PSOE...¡¡¡golpe de Estado encubierto!!!...-clamaban los más ruines del lugar. Bueno, aún hoy tienen cautiva a una parte de la opinión pública; de hecho hay ciudadanos -y se cuentan por miles- que siguen desconfiando del relato oficial, de la verdad judicial, con todo lo que eso supone de descrédito para las instituciones. Pero, en fin, parece claro que los promotores de la conspiración están en franca retirada, cuando no desaparecidos. Por eso resulta aún más chocante que un cargo público como el presidente de la Comunidad de Madrid se haya permitido hoy la frivolidad de decir que sobre el 11-M "hay distintos puntos de vista, y que lo importante es saber quién cometió los atentados". Ignacio González ha pronunciado estas vergonzosas palabras al entrar a la reunión de la cúpula del PP, desde donde en su día se alimentó la infamia sin que nadie haya pedido perdón por ello. Por cierto, sobre el presidente madrileño y sus palabras de hoy tengo una curiosidad: si un par de horas después hubiera acudido al acto con las víctimas del 11-M... ¿