La mayor multa por fraude fiscal de la historia

El Gobierno norteamericano anunció ayer algo importante: impondrá una multa de 2.500 millones de dólares a un banco suizo, el Credit Suisse, por haber asesorado durante años a clientes norteamericanos sobre cómo evadir impuestos. Es difícil creer que ese banco actuara así solo en Estados Unidos y que sus clientes europeos fueran excluidos de un asesoramiento parecido. La Unión Europea ha detectado otros acuerdos fraudulentos en los bancos, por ejemplo, la manipulación del Euribor,es decir, el tipo de interés interbancario, por el que se regulan, por ejemplo, muchas hipotecas. Hace meses se impuso una multa de 1.700 millones de euros a seis entidades bancarias y ayer anunció que acusará a otras tres por el mismo delito. Falta, sin embargo, una iniciativa como la norteamericana, que haga creíble la persecución de quienes ayudan a cometer grandes delitos fiscales desde despachos de abogados o desde entidades financieras. La multa anunciada ayer es la más grande impuesta nunca por delito fiscal y busca no solo escarmentar, aunque sea en parte, a los defraudadores sino también restaurar la confianza de los ciudadanos en el sistema fiscal y en la capacidad de los gobiernos, los políticos, para vigilar el mundo financiero. No será fácil conseguirlo, tras los escándalos puestos de manifiesto por la crisis, pero por algo se empieza.