Todos somos los Alcántara

Todos somos los Alcántara. Desde hace 15 temporadas, esta familia ha vivido en sus carnes toda historia de España, y esta responsabilidad ha causado a sus miembros tantas angustias como alegrías: han vivido el terror de la persecución franquista, se han entregado a las pasiones políticas de la Transición, han conocido penurias y han levantado la economía familiar con mucho esfuerzo. Los Alcántara, como todos los españoles, celebraron el éxito de Massiel en eurovisión y temieron por sus vidas y por la libertad la noche del 23-F. Todos lloraron la muerte de chanquete, han visto crecer a sus hijos, que han perdido la ingenuidad de los años de juegos callejeros para quedar atrapados en los horrores de la madurez en unas calles tomadas por la violencia y las drogas. Pero, sobre todo, en cuéntame destaca la evolución de la mujer en la vida de un país machista y casposo. Antonio Alcántara ha sido un cabeza de familia metido en mil fregados, pero mercedes ha sido una de esas heroínas de casa que ha sacado adelante a su familia, y así misma, luchando contra los prejuicios con la misma fuerza con la que se enfrenta al cáncer. Capaz de montar un negocio, acabar la carrera, ponerse el destino por montera. Curiosamente, los espectadores han seguido las aventuras y desventuras de los alcántara creyéndolas a pie juntillas, incluso cuando se jugaba con la historia de España por exigencias de guión, todo, salvo un suceso que ha marcado esta temporada. Que después de tanto amor, tanta lucha y sacrificio, Antonio Alcántara se entregue a otra mujer nos ha dejado en shock y, por ahora, no parece que lo vayamos a superar. Los guionistas, como los políticos, han aprendido que los españoles lo perdonamos todo menos la traición.