Una votación de trámite

El pleno del Congreso votará hoy el proyecto de ley orgánica que autoriza la abdicación del Rey don Juan Carlos I y abre el proceso para la posterior proclamación de su hijo como nuevo rey. Es una votación realmente de puro trámite, por mucho que se le quiera conceder gran solemnidad o rodear de un tono grave. Sería realmente asombroso que algún parlamento del mundo se negara a aceptar la abdicación de un rey que ya ha anunciado que desea abandonar la Jefatura de Estado. La votación será pues de trámite, aunque haya quizás algún diputado que se pronuncie en contra, o se abstenga, con la esperanza de que se le atribuya una escondida voluntad simbólica.

El acto en sí no tiene mayor complicación. Interesa, eso sí, escuchar a los portavoces de los distintos grupos en su despedida de don Juan Carlos. No se trata de oír alabanzas o diatribas sin fin, sino argumentos. Sería interesante saber qué valoración hace cada grupo o partido del reinado de este monarca, porque realmente no existirá mejor ocasión que ésta para pronunciarse al respecto. Es el Parlamento, sede de la soberanía nacional, donde se debería dejar reflejadas las razones de ese reconocimiento o de ese balance crítico, de manera que los ciudadanos sepamos a qué atenernos y valoremos a nuestra vez los argumentos que se expongan.