La política tendrá que esperar otra vez, o no

Hoy conoceremos los detalles de lo que el gobierno llama reforma fiscal y la mayoría de los técnicos llaman una simple rebaja del IRPF de la que se beneficiarán básicamente las rentas bajas y altas. Y una unificación con bajada del impuesto de sociedades. Las rentas medias, la mayoría, apenas la apreciarán y hay quien sostiene, a falta de mayor concreción, que incluso pueden volver a ser paganas de la situación. Es la reforma de mayor calado que le quedaba por hacer al gobierno y por lo que sabemos hasta ahora mismo, la que le quedará por hacer, porque lo presentado hasta hoy parecen más medidas en clave de recuperar electores para todos los comicios que tenemos por delante que una reforma encaminada a fomentar la recuperación económica y perseguir el fraude. A llenar la hucha de la que salen las políticas públicas, y a hacerlo además de manera equitativa para repartir mejor la carga.

Han pasado dos años y medio de legislatura, dos años y medio sin elecciones de ningún tipo en España hasta las europeas del pasado mes de mayo. Y hemos llegado al comienzo del largo ciclo electoral que se inició con la europeas con las grandes cuestiones sin tocar: la reforma fiscal, la apertura de algún tipo de solución para Cataluña, la modernización de la Administración pública. Y ahora ya todas las medidas llegan envueltas con el papel de celofán de un gobierno que quiere recuperar como sea y a marchas forzadas los dos millones de votos que perdió el 25 de mayo. Una lástima, la política tendrá que esperar otra vez. Aunque esta vez, no sabemos si la realidad lo permitirá.