La letra pequeña

Los contratos, según una nueva ley, no deben tener letra pequeña. Sin embargo, la reforma fiscal que envía el gobierno Rajoy al Congreso está llena, hasta los topes, de letra pequeña. Los expertos no dejan de sorprendernos, hora a hora, con un nuevo hallazgo. Primero fue lo de las indemnizaciones por despido, que van a tributar por primera vez en la historia. Pocos minutos después supimos que se baja la aportación a planes de pensiones con derecho a deducción de IRPF y sin tiempo para respirar que ya se considera que se ha alcanzado el objetivo de animar a los ciudadanos a que alquilen viviendas y que se suprimen los incentivos. No subirá el IVA de las gafas, prótesis y sillas de ruedas, pero sí la de los restantes productos sanitarios, lo que incluye la mayoría de los productos que se utilizan en ensayos clínicos. Es decir que sube el precio de casi todo lo que utilizan los hospitales y centros de salud. Lo que no sube es el presupuesto de esos hospitales, sino que más bien bajará de nuevo, si como parece la reforma reducirá finalmente los ingresos de las comunidades autónomas, que son quienes tienen competencias en sanidad y en educación. Así que la letra pequeña parece ir casi toda en la misma dirección: lo que le dejo en el bolsillo con una mano, te lo quito, con creces, con la otra.