El hecho significativo

Ser surafricano blanco en los años 50 y 60 y luchar contra el apartheid tuvo mucho mérito no solo porque implicaba una clara conciencia, sino porque exige mucho valor enfrentarse a tus familiares, tus vecinos, tus amigos, tu gobierno, a tu iglesia. Nadine Gordimer, la escritora, premio Nobel, sudafricana que murió ayer, fue una de esas grandes personas. Tan grande como el pequeño grupo de israelíes que es capaz de protestar en público contra los bombardeos sobre los habitantes de Gaza. Ellos también soportan la presión de familiares, amigos, gobierno y representantes de su religión. Pero igual que Gordimer llegó a ver el fin del apartheid, hay que confiar en que ese puñado de israelíes recibirá un día el homenaje debido a quienes merecen ser reconocidos como Justos. Confiar en que ellos llegaran a conocer también una sociedad en la que el asesinato de tres jóvenes israelíes no se castiga con el bombardeo de poblaciones civiles y la muerte de 170 palestinos, entre ellos 34 niños. Algo va muy mal cuando la mayoría de la sociedad israelí piensa que es un gesto de humanidad anunciar que se va a bombardear determinados barrios de Gaza para provocar la huida de miles de personas. Porque el hecho significativo, como diría Gordimer, no es el aviso, sino la bomba.