Método acreditado para una entrevista difícil

Cuando un conflicto político está muy enconado, pero existe una voluntad común de evitar lo peor, siempre es posible encontrar fórmulas que ayuden a desactivarlo, al menos en parte. El mejor resultado posible de la entrevista que tienen previsto realizar esta semana Mariano Rajoy y Artur Mas, sería, precisamente, recurrir a una de las fórmulas más conocidas y acreditadas para salvar cualquier tipo de negociación difícil: las dos partes constatan que existe un desacuerdo respecto a un punto fundamental, pero anuncian que abren un dialogo para explorar los puntos en los que sí les parece posible una aproximación y, eventualmente, un acuerdo. No se trata de llamamientos a la conversación en abstracto, sino del anuncio común de que se abre un diálogo estructurado sobre un número determinado de asuntos en los que sí es posible avanzar. Un anuncio de este tipo ayudaría a cerrar el curso con alguna espoleta menos y a rebajar la tensión cara al regreso de las vacaciones. No hay que ser muy optimistas, porque la dimisión de Duran Lleida no augura nada bueno. Rajoy seguramente le dedicará ahora a Duran un sentido elogio fúnebre, al estilo del que pronunció a la dimisión de Rubalcaba. Pero la política no necesita hoy de buenas despedidas sino de sólidos mecanismos que ayuden a mejorar la confianza.