El nudo catalán no se va a desatar solo

Llegamos a una nueva Diada de Cataluña y hoy toca preguntarnos si ante la doble cita de este 11S y del próximo 9N - 9 de Noviembre - hemos avanzado algo hacia la solución del desafío catalán. Sin duda el asunto político de mayor calado que tenemos sobre la mesa.

Por un lado se puede decir que las posiciones no se han movido, y que por lo tanto, tenemos más desafío y menos tiempo. Haber dilapidado un año y llegar a esta nueva Diada sin una agenda concreta de trabajo sobre la mesa, sin una hoja de ruta, es una temeridad. Porque el nudo catalán no se va a desatar solo.

Pero también se puede ser ligeramente optimista. Al menos Rajoy y Artur Mas se vieron este verano, hablaron de asuntos ajenos al referéndum y hay un documento con 23 asuntos para discutir. Algo es algo, aunque sea muy poco y muy tarde. Se llegue cuando se llegue y lo haga quien lo haga, todos saben que no hay más salida que el diálogo, la negociación, la transacción y el pacto.

Esta Diada viene también precedida por el tremendo impacto del caso Pujol. La confesión del expresidente ha indignado a todos por igual, pero es probable que tenga más recorrido e influencia entre la élite catalana que entre los catalanes de a pie que apuestan por el soberanismo y la ruptura con España.

Y por último llegamos aquí preguntándonos por el horizonte tras el 9 de noviembre. ¿Habrá elecciones anticipadas? ¿Se romprá CiU?, ¿Quién gobernará Cataluña?.

De momento, hoy sólo podemos constatar que Rajoy y Mas siguen en sus 13, secuestrados por sus convicciones y también por los radicales de cada uno. La diferencia es que Mas actúa intentando vadear la ley, con declaraciones ambiguas y acciones políticas confusas; que su socio de ERC apela directamente a la desobediencia civil. Mientras que Rajoy se conduce con la ley en la mano respaldado por una amplia mayoría parlamentaria.