Ni todo el mundo lo hacía ni todo el mundo lo sabía

El portavoz del Partido Popular señor Martinez Pujalte ha pedido un poco de comprensión para los consejeros y directivos de Caja Madrid, primero, y Bankia, después, que han utilizado durante años tarjetas de créditos opacas, que les permitían facturar a la gastos de todo tipo no declarados. "Lo hacía todo el mundo y todo el mundo lo sabía". Pues no.

Lo harían los 86 consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia que utilizaron esas tarjetas, pero no todo el mundo. Desde luego, no todos los empleados de Caja Madrid, ni muchísimos menos. Y no todo el mundo lo sabía: lo sabían ellos mismos y quien debían haberles controlado, en la Caja de Ahorros, en el Banco de España, o en el organismo o partido que representaran. Pero los demás no tenían, no teníamos, ni idea del chanchullo que se traían con nuestro dinero. Así que ya está bien de decir que se sabía, se toleraba y que a todo el mundo le parecía perfecto. Mentira. A la inmensa mayoría de los ciudadanos le parece muy mal la apropiación indebida, el robo y la estafa. Y es una estafa utilizar una tarjeta de crédito corporativa para sacar dinero en efectivo, 33 millones de euros; comprar ropa, más de seis millones de euros, o llenar el carro en grandes superficies, otros 11 millones de euros. Claro que si los personajes públicos se empeñan en decirnos todo el rato que eso es lo normal, quizás llegue el momento en que sea verdad que a todo el mundo le importe muy poco la corrupción. Ese día habremos llegado a lo más bajo que puede llegar una sociedad.