Sobresueldos discrecionales

No es difícil saber por qué Miguel Blesa y sus adjuntos pusieron en marcha el mal llamado sistema de "tarjetas black" cuando debería llamarse sistema de sobresueldos discrecionales, que es lo que realmente era. La discrecionalidad es y ha sido siempre uno de los mejores instrumentos que utilizan los poderosos para afianzar su poder. No se tiene la misma fuerza fijando un sueldo determinado que los empleados recibirán a cambio de su trabajo, que distribuyendo unos sobresueldos discrecionales, sobre los que los propios interesados no se pueden pedir explicaciones, porque dependen exclusivamente del criterio, de la voluntad, del poderoso. La discrecionalidad de esos sobre sueldos aseguraba el respaldo, o la falta de interés interesada, de los miembros del Consejo y favorecía la obediencia total de unos directivos sometidos a la libre y corruptora voluntad de Blesa. Poco importa en realidad en qué se gastaran ese dinero. Lo que importa es aceptaron ese sistema sin rechistar. En el fondo, quienes aceptaron y se aprovecharon de esos sobresueldos fueron unos codiciosos, evidentemente, pero también fueron unos hombres y mujeres cobardes que permitieron que Miguel Blesa les despreciara, haciéndoles bailar en la punta de su bolígrafo.