Hasta en las tarjetas hay clases

Este mediodía declaran ante el juez Miguel Blesa, Rodrigo Rato e Ildefonso Sanchez Barcoj por las tarjetas opacas de Caja Madrid. Y hoy en la SER tenemos novedades sobre esas tarjetas fantasma. Fantasma eran todas, pero unas uno poco más que otras. Blesa y Rato tenían tarjeta oro, sin límite de gastos, que se cargaba a una cuenta errónea indetectable para la Agencia tributaria. Conviene recordar que Blesa gastó más de 436.000 euros en diez años en cacerías, hoteles de lujo o en joyerías exclusivas como Tiffany?s. Y Rodrigo Rato pagó 99.000 euros en restaurantes de cinco tenedores, en clubes de golf, salas de fiesta, pubs y discotecas.

El resto de consejeros tenía tarjeta fantasma de plata con un límite mensual de hasta 3000 euros por barba y que se nutría de un bote de 93.000 euros que se rellenaba cada mes para que pudieran seguir gastando. Caja Madrid tributaba por ellas de forma irregular y trampeando según los documentos inéditos a los que ha tenido acceso esta redacción. Esta tarjeta la tenían también los miembros de la Comisión de Control de la Caja, quienes deberían haber vigilado el buen uso del dinero, lo que cierra el círculo de la desfachatez y la poca vergüenza.

Entre todos se fundieron, que sepamos 16 millones de euros, que parecen pocos comparados con el agujero de 22.000 que han dejado en nuestros bolsillos. Pero es que el gran agujero fue posible porque quienes debían cuidar de la entidad, estaban entretenidos comiendo en restaurantes de lujo o comprando lencería...con cargo a la Caja. Como para ponerse quisquillosos porque Blesa hiciera inversiones suicidas!