Javier Pérez Andújar

A vivir que son dos días

"Hablar normal no era señal de ser inculto, porque la cultura no se había convertido en postureo"

A vivir que son dos días

Con los mismos ingredientes con que ahora se hacen las pulseras de la bandera de España, yo me hacía un bocata. Apretando esos dos botes fue cómo comprendí la pintura de Jackson Pollock. Me hice cosmopolita comiendo frankfurts al salir del cine.

A vivir que son dos días

Con las historietas de Vallès, sus lectores del extrarradio nos hicimos de Barcelona. Nos decía que todo lo que sospechábamos era cierto. Su trazo sucio arremetía contra un mundo sucio. Pero ese dibujo sucio estaba a lleno de pureza.

A vivir que son dos días

Practicando la magia de cerca, Tamariz se convirtió en el mago de la tele, porque la tele era la vida de cerca. Ha tenido programas propios y salía en el Un, dos, tres... Yo me hice fan suyo en El Recreo.

A vivir que son dos días

A los modernos se les reconoce porque siempre están con las tendencias. Igual que yo cuando iba a tender con mi abuela, aunque tender la ropa sea otra clase de tendencia

A vivir que son dos días

Nuestro lenguaje emocional se expresa sin emoción al tiempo que muchos profesionales pierden su vocación. Los estudios dicen que los profesionales de la sanidad y de la enseñanza públicas son carne de ansiolítico

A vivir que son dos días

Luego, se la oí decir a Javier del Pino y supe que hablábamos el mismo idioma. No me regañen porque no me guste el reguetón. Lo mío son las lenguas muertas

A vivir que son dos días

Con el periódico, el maestro nos enseñó a leer columnas, que daba gusto porque estaban escritas con líneas muy cortas, y así aprendimos cómo se partía en sílabas con un guión y a fijarnos en los nombres de los autores.

A vivir que son dos días

Uno se debe a algo, tiene un cometido en la vida. La ventaja es que con los recados varían los cometidos. Para hacer recados, no hay que creer en quien te manda, sino en ti.

A vivir que son dos días

Siempre hay alguien que te quita algo. Te quita la familia, te quita la casa, te quita tu país, te quita la vida, y por eso protesta la gente en la vuelta ciclista. Por Palestina

A vivir que son dos días

Hay un rumor de moda, por ejemplo, que dice: cuánta agresividad se ve por todas partes. Todos lo hemos dicho alguna vez. Es una trampa. El mundo siempre es el mismo. No se ha degradado el mundo

A vivir que son dos días

Hoy, la conspiración es tiniebla de predicadores, indigencia de ricachones, cuna de patriotas y Bélmez de Íker Jiménez, es decir, cara

A vivir que son dos días

Nos pierden las letanías. Lo veíamos antiguamente en las viñetas de Chumy Chúmez, con sus soles solitarios en el cielo, y el campanario de una iglesia recordándonos que nada cambia, que todo será siempre lo mismo bajo un sol de justicia.

A vivir que son dos días

Las ganas de leer son infinitas, como las ganas de vivir. Cuando leo a Oscar Wilde quiero ser Oscar Wilde hasta la médula, y me siento orgulloso de haberle leído.

A vivir que son dos días

"Ahora, ir en coche es un lío. Nunca sabes quién es el dueño, ni quién el encargado"

A vivir que son dos días

El trabajo era una condición que se había convertido en palabra. Nada imponía más que decir la palabra trabajo. Casi nunca veíamos a los mayores, porque siempre estaban trabajando.

A vivir que son dos días

La gente joven no puede tener una vivienda y a los viejos los echan de sus casas cuando ya no tienen a donde ir