Alemania está obsesionada con la soberanía
Preguntarse de dónde vendrá el pan ha ampliado la perspectiva meramente económica de averiguar de dónde saldrá el dinero para pagarlo
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"La línea roja" de Matías Vallés (09/06/22)
Contemplando los aeropuertos de Balears, se alcanzaría la conclusión tal vez apresurada de que Alemania solo vive pendiente de venir de vacaciones.
Sin embargo, Alemania está obsesionada en realidad con la soberanía.
No con la soberanía estatal más que garantizada, sino con la autonomía económica, energética, de materias primas y sobre todo de alimentos.
Hace unos años, la persona que acaparara harina o alimentos enlatados hubiera sido tildada de chiflada.
Hoy se considera una irresponsabilidad no tomar esas precauciones.
Y repito, no hablamos de países propicios al disparate, sino de la racional Alemania.
Preguntarse de dónde vendrá el pan ha ampliado la perspectiva meramente económica de averiguar de dónde saldrá el dinero para pagarlo.
Se trata de averiguar si tenemos el suministro garantizado, con independencia de nuestro desahogo personal para adquirirlo.
De nuevo, todo este comentario bordearía el disparate en tiempos más calmados, pero nos viene de países con sobrado crédito.
Con el agravante de que en Balears vivimos de atraer al máximo número de personas posible.
Repito, preocúpese por saber de dónde viene el pan.
Y en general, preocúpese de lo que preocupa en Alemania.




