Qué queda de aquel Juan Carrau
Hoy es ovacionado y reverenciado por las defensas del caso Cursach
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"La línea roja" de Matías Vallés (14/06/22)
En 1997, Gabriel Cañellas era todavía el hombre más importante de Balears.
Olvídense de Matas o de Cursach, Cañellas era the real thing, el poderoso por encima de cualquier otro.
De ahí su estupefacción cuando un jovenzuelo lo sometió a un interrogatorio implacable.
Quien acosaba a Cañellas no era un periodista, ninguno se hubiera atrevido, sino un fiscal llamado Juan Carrau.
El Túnel de Sóller era el primer caso de la Fiscalía Anticorrupción a escala estatal, es justo decir que consolidó a la institución.
Y Carrau machacó a Cañellas sin dejarle respirar.
Después se montaba en su modesta moto, sin olvidar un comentario todavía más humilde.
“Nosotros nos vemos con problemas para pagar una hipoteca”, decía Carrau, “y ellos hablan de millones como si nada”.
La dureza de Carrau no se vio recompensada, porque la sentencia del Tribunal Superior absolvió a Cañellas por prescripción, y la fiscalía del Supremo se negó a mantener la acusación.
El resto es historia y una pregunta tan candente como las que el joven fiscal utilizó para asfixiar a Cañellas.
Qué queda de aquel Juan Carrau, en el fiscal de voz temblorosa que hoy es ovacionado y reverenciado por las defensas del caso Cursach.
Nada, absolutamente nada, y es una lástima.




