Manifestarse contra el turismo no es un crimen
No queda acreditado ni uno solo de los peligros o amenazas que llevaron a la fiscalía a comparar una manifestación con confeti y pancartas a un acto de terrorismo islámico.
La línea Roja Matías Vallés (05/07/2022)
Palma
El macrojuicio en el que la fiscalía pedía hasta 29 años de cárcel para doce jóvenes independentistas que se manifestaron contra el turismo ofrece rasgos no muy honrosos para los acusadores.
En primer lugar, de hasta diez de los doce acusados se puede asegurar que no estuvieron en el lugar de los hechos, según la sentencia de la Audiencia
La identificación incorrecta o falsa plantea una situación insólita por tratarse de una manifestación pública, con jóvenes que no han sufrido la pena de banquillo pese a ser inocentes, sino que ni siquiera se ha demostrado que participaran en la protesta.
Y si la labor policial queda en entredicho en la sentencia, el correctivo a las pretensiones del fiscal se adentra en lo sonrojante.
Los 29 años de cárcel solicitados se quedan reducidos a cero.
No queda acreditado ni uno solo de los peligros o amenazas que llevaron a la fiscalía a comparar una manifestación con confeti y pancartas a un acto de terrorismo islámico.
Y como debe recordarse que hasta el Govern de izquierdas se pronunció contra la acción de protesta, el tribunal lanza un mensaje liberal y liberador.
Manifestarse contra el turismo no es un crimen.
Más aún, manifestarse contra el turismo es un derecho.
La propia Audiencia da por sentada la masificación turística y sus consecuencias perversas, perceptibles para cualquiera sin anteojeras.