La urbanización del psiquiátrico
La propuesta sería interesante si se tratara de ajardinar.
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La Línea Roja Matías Vallés (06/07/2022)
Palma
He vivido décadas junto al Psiquiátrico, un entorno salvaje que por entonces ofrecía un margen de libertad a los internos.
Es decir, unas condiciones de contacto con la naturaleza que hoy no disfruta ningún barrio de Palma, ni los vigentes ni los diseñados por el Ayuntamiento de ultraizquierda.
Ahora descubro que los muros del Psiquiátrico oprimían en lugar de preservar la intimidad, y que urge derribarlos.
La propuesta sería interesante si se tratara de ajardinar.
Por supuesto, no es así, y el proceso urbanizará un entorno que constituía un respiradero.
Si creen que mi prevención es excesiva, recuerden Can Domenge.
Era un solar de titularidad pública que UM vendió no solo fraudulenta sino criminalmente, con las condenas consiguientes.
Hoy es una comunidad cerrada para privilegiados, donde los mallorquines no pueden entrar.
Qué hemos ganado como propietarios del suelo vendido a precio de saldo.
Estamos en la comunidad donde una celebración gay se transforma en un festín inmobiliario de compraventa a extranjeros.
Y donde ahora un proceso urbanístico se presenta como una revolución en salud mental.
Ya solo falta derribar los muros del cementerio para lograr el único rincón silencioso en toda Palma.
Pueden estar seguros de que algún empresario propondrá una terraza en el camposanto.
