La urbanización del mar balear
El urbanismo marino pasaba desapercibido cuando eran unos pocos, pero la cifra se ha hecho insostenible
"La línea roja" de Matías Vallés (14/07/22)
Algo hemos avanzado, si ya existe un consenso sobre la saturación de Balears.
Hasta el Govern se muestra preocupado ante el peligro de que la asfixia del territorio y de los servicios supere en importancia al negocio económico.
Hablamos por supuesto del territorio sólido balear, de su suelo.
Sin embargo, hubo un avispado conseller de Economía llamado Alexandre Forcades que se inventó el mar balear, a efectos de reclamación de soberanía.
La extrañeza que provoca la expresión mar balear ya aclara que esa superficie que multiplica a la del archipiélago está gobernada por otras reglas.
A usted no se le ocurriría plantar su coche o una tienda de campaña en plena calle para instalarse allí.
En cambio, con un barco puede hacerlo sin problemas.
Sea a través de los edificios mastodótincos de los macrocruceros o de las viviendas unifamiliares también llamadas embarcaciones de recreo.
Y allí no tiene compromiso ni obligación hacia los sufridos baleares de tierra firme.
El urbanismo marino pasaba desapercibido cuando eran unos pocos, pero la cifra se ha hecho insostenible.
El exceso de la construcción náutica obliga a tomar medidas, antes de que la situación de Balears se haga irrespirable por tierra, mar y aire.