Bares y cafeterías de barrio tiran de ventiladores como medida de ahorro

Palma

Para tomarse una caña o un café en uno de los bares y cafeterías de Son Cotoner hay que irse a una terraza. Dentro prácticamente ninguno tiene el aire acondicionado puesto. Tiran de ventiladores y con las puertas y ventanas abiertas. Los pequeños comercios y las oficinas de este barrio cumplen de sobra con las nuevas regulaciones no por las posibles sanciones sino por miedo a la factura de la luz.

Con las gotas de sudor por la cara nos recibe José, propietario del bar Norte, mientras coloca las sillas en su terraza. Al sol se superan los 30 grados a las diez de la mañana. No tiene ningún aire acondicionado en marcha, tan solo ventiladores y dentro, mira el termómetro que marca los 35 grados.

A pocos metros nos encontramos con una tienda de alimentación. Mariano es el propietario de un pequeño local Superquiosko Son Cotoner. Tiene dos ventiladores de techo funcionando a pleno rendimiento y un pequeño aire acondicionado que marca 18 grados. Sin embargo, la temperatura es muy superior debido a los motores de las neveras.

Una de las fruterías del barrio en la Plaza San Cosme, la regenta Navid. Se niega a poner aire acondicionado porque no puede pagar las facturas de electricidad tan elevadas. En cada esquina tiene ventiladores y todas las barreras levantadas.

Entramos en la panadería Angelo Paletta. Fuera se nota el calor de los motores de aire acondicionado que incluso está a pleno sol. Y dentro es un oasis. Nos cuenta, Paula, su propietaria, que el termómetro en el interior marca los 26 grados. Entramos acompañados de unas clientas que incluso reconocen que hace frío.

El transporte público, afectado por el nuevo plan

De esta nueva normativa tampoco se escapa el transporte público. Las opiniones sobre esta nueva obligatoriedad de no bajar de 27 grados son muy dispares entre los que pasan por la Estación Intermodal a menudo. Por una parte están aquellos pasajeros que sí que han notado este cambio y que de hecho agradecen porque dicen que en esta época del año el aire acondicionado suele estar disparado. Ahora, se sienten más a gusto tanto dentro del bus como en la estación y prefieren continuar con este nuevo plan.

También está ese grupo de usuarios que lo han notado y que se han sentido sofocados durante su travesía. Entre algunos de sus argumentos están que la gran aglomeración de personas aumenta la temperatura hasta los 30 grados y que el mal funcionamiento de los ventiladores apenas hace que llegue el aire. Además hay quien ha declarado no percibir estos nuevos cambios y que ha viajado con la misma comodidad de siempre.