Ryanair despide a veinte trabajadores y abre cien expedientes durante la huelga de tripulantes de cabina
Los trabajadores de la aerolínea Easy Jet afrontan su tercer fin de semana de paros con la reivindicación de los pilotos de recuperar los salarios previos a la pandemia
Palma
El verano sigue marcado por la conflictividad laboral en las aerolíneas de bajo coste. Los trabajadores de Ryanair cumplen dos meses de paros mientras que los de Easy Jet afrontan su tercer fin de semana de movilizaciones. Los conflictos están lejos de resolverse y el otoño se aventura caliente en los sindical. Los comités de empresa no cejan en sus objetivos de lograr mejoras para los trabajadores y están dispuesto a llevar sus protestas hasta el invierno.
En Ryanair los paros semanales van a continuar hasta el mes de enero si la empresa no accede a sentarse con los sindicatos para negociar la renovación del convenio colectivo. La dirección firmó con el sindicato Comisiones Obreras un contrato estatutario, que contempla mejoras solo para sus afiliados. Los sindicatos mayoritarios USO y SICTPLA exigen a la aerolínea que se siente a negociar mejoras que amparen a todos los empleados dentro del convenio colectivo. Algo que, por el momento, Ryanair no contempla a pesar de que el salario base para un empleado nuevo apenas ronda los 700 euros. Roberto Sousa, portavoz del comité de empresa y tripulante de cabina, dice que está en manos de la empresa revertir la situación.
El comité acusa a la aerolínea de vulnerar su derecho a la huelga estableciendo el 100% de los vuelos como servicios mínimos, un extremo que ya han llevado a los tribunales y sobre el que les han dado la razón. Además, también exigen la readmisión de los compañeros despedidos con la excusa de no cumplir con los servicios mínimos. Sousa afirma que la mayoría de usuarios entienden sus reivindicaciones y les han mostrado su apoyo.
Mientras tanto las aguas también bajan revueltas en Easy Jet, que afronta su tercer fin de semana de paros. Las principales reivindicaciones pretenden que la empresa devuelva a los pilotos el salario que aceptaron recortarse al inicio de la pandemia y la renovación del convenio colectivo. El portavoz del comité de empresa, José Valle, explica que los pilotos apoyaron a la empresa en los momentos más duros de la pandemia y aceptaron una rebaja del 8% de su salario y de varios complementos que representaban el 25% del sueldo. Sin embargo, lejos de retornar sus condiciones, EasyJet aprovechó para aumentar el número de aviones e incluso abrir una nueva base en Málaga. Tras más de siete meses negociando para recuperar su poder adquisitivo, la situación está estancada y no han tenido más remedio que acudir a la huelga.
Valle afirma que han impugnado los servicios mínimos establecidos, que consideran abusivos. Además, Inspección de Trabajo está investigando las denuncias de varios pilotos por situaciones de abuso por parte de la empresa, que intimida a los comandantes en las reuniones. Los trabajadores no descartan continuar con las jornadas de paros si la empresa no se sienta a negociar.