3-0. La UD Ibiza, negada y sin pólvora en Huesca
Posesión estéril del conjunto ibicenco demasiado inocente y torpe en defensa

Kevin Carlos en pugna con Juan Ibiza en una imagen de La Liga / Cadena SER

Ibiza
En el choque entre dos equipos que todavíano conocían la victoria la balanza se ha decantado en favor del Huesca que en una acción aislada se ha puesto por delante en el marcador y a partir de ahí ha sabido defender su renta ampliada con un penalti cuando los visitantes intentaban la reacción en el segundo tiempo. En los compases finales los oscenses han redondeado al marcador.
La UD Ibiza ha sido un equipo voluntarioso, que ha tenido más posesión, pero que ha circulado con demasiada lentitud la pelota, no ha sabido generar desequilibrios en las inmediaciones del área rival y sobre todo ha sido incapaz de generar ocasiones de gol. Y sin disparar ante el marco contrario es imposible ganar partidos. Y esa falta de presencia en el área contraria ha ido acompañada de una gran fragilidad en defensa. Al Ibiza con muy poco los rivales le hacen goles, deja huecos que los demás no dejan y eso en el fútbol profesional se castiga. Un choque para olvidar donde no ha salido nada bien.
El conjunto de Javi Baraja ha salido al campo con una sola variación en relación a los que salieron de inicio la pasada jornada, Armando con molestias se quedó en la isla y su lugar en la medular lo ocupó Álvaro. El encuentro empezó con una aproximación a cada portería, con disparos desde fuera del área que se marcharon alto. Sin embargo, quedó claro enseguida el guión del encuentro, el Huesca no quería elaborar sino hacer un fútbol más directo y el Ibiza intentaba construir con pases horizontales y manteniendo largas posesiones.
Así transcurría el partido con los visitantes cómodos en el campo, cuando en una acción aislada, el japonés Kento mando un centro al área desde la banda izquierda, Juan Ibiza se dejó comer la tostada por el delantero Kevin Carlos que se alejó un metro del central ibicenco y cabeceó picado fuera del alcance de Fuzato. Demasiado fácil. Los locales se ponían por delante y a partir de ahi hicieron lo que le gusta a su técnico Ziganda, esperar atrás, tapar huecos, hacer faltas tácticas y salir rápido cuando recuperaban la pelota a meter balones a la olla.
Frente a ese estilo, los ibicencos no encontraron antídoto. Bien vigilados Suleiman y Herrera, trataron de hacer el campo grande incorporando a los laterales al ataque, pero todo se hacía con demasiada parsimonia, sin encarar, sin encontrar huecos y así facilitaban la labor del Huesca que no se descomponía. Los centrocampistas tocaban y tocaban, pero sin que eso inquietara a un Huesca que estaba en su salsa.
Los locales eran los que generaban más sensación de peligro cuando llegaban sobre todo por el poderío de Kevin, que superaba a su marcador en el juego aéreo aunque estuvo torpe con el pie en un remate cuando estaba en buena posición.
Pasaban los minutos sin que pasara nada y esa era la mejor noticia para el Huesca. El Ibiza tenía más el esférico en su poder pero no había manera de darle verticalidad y sobre todo rapidez al juego. Tampoco había destellos individuales capaces de encontrar agujeros en el bosque de piernas que tenían enfrente.
La seguna mitad arrancó con el mismo guión, con el Ibiza dominando y con un par de disparos de Cristian Herrera bloqueado por la defensa y otro de Appin que probaba por primera vez los guantes de Andrés Fernández.
El Huesca seguía a lo suyo dejándose dominar y pegando pelotazos arriba a ver si los hombres de ataque cazaban alguna. Y una de esas cazó su jugador de más calidad, Mateu, que controló fuera del área buscó el marco de Fuzato y su disparo pegó primero en la rodilla de Golar y después en la mano que tenía separada del cuerpo. El colegiado no dudó y señaló los once metros a pesar de las protestas ibicencas, que Mateu se encargó de transformar.
Con una renta de dos goles, todo se hizo todavía más cuesta arriba con un Huesca cada vez más superior, tapando huecos y esperando una contra y un Ibiza ineficaz que no mostrá capacidad de reacción alguna. Baraja probó por primera vez esta temporada con dos nueves en el campo, dando entrada a Castel por Álvaro, pero los problemas seguían siendo los mismos. No había manera de desordenar al Huesca, de darle verticalidad al juego ni de buscarle las cosquillas para llegar al marco de Andrés Fernández. Castel no supo aprovechar una indecisión del central Timor en una jugada en la que el delantero ibicenco reclamó una posible falta.
Así transcurrió ese segundo acto en el que estuvo más cerca el tercero del Huesca con un Ibiza descolocado y desordenado de medio campo para atrás. Kanté que habia salido en el segundo tiempo en los oscenses tuvo un par de acciones claras pero no supo definir ante Fuzato. Baraja quitó a Darío y a Suleiman para dar entrada a Miki Villar y a Ekain, pero el guión tampoco varió. Hay días que no sale nada por muchas cosas que pruebes. Ni una jugada destacada en todo el choque de un futbolista de la UD desbordando por fuera para poner un balón al área, ni una sola acción por dentro que acabara en una acción de peligro. Hasta llamó la atención los últimos cambios ordenados por Baraja para quitar a un lasteral derecho, Zé Carlos, por otro ,Fran Grima y a un medio centro, Appin, por un central, Gálvez.
El castigo todavía se hizó mayor en los compases finales con otro centro al área ibicenca y esta vez Kanté empalmó de primera y la mandó a la escuadra. Fue el colofón de un choque para olvidar de un Ibiza sin presencia en ataque y demasiado inocente, vulnerable y blando en defensa. Toca mejorar y hacerlo deprisa.

Joan Tur
Redactor Radio Ibiza SER y jefe de SER Deportivos Ibiza. Desde la década de los 90 en la cadena. ...




