Los constructores reconocen obras privadas paralizadas a la espera de una bajada en el precio de los materiales

Palma

El sector de la construcción está viviendo una tormenta perfecta por el aumento del precio de la energía y de los materiales, estos han subido desde que empezó el año un 35% en las islas, 5 puntos por encima de la media española. La patronal reconoce que las obras más afectadas son las públicas; se han quedado 57 desiertas en el último año, pero muchas grandes obras privadas también se están paralizando con el fin de negociar con los promotores a la espera de una bajada de precios.

Madera, ladrillo, hierro o aluminio... son materiales básicos para la construcción que han subido sus precios hasta hacer que construir una casa o realizar una reforma sea en torno a un 30-40% más caro que hace un año. Este aumento junto con el alto precio de la energía ha transformado la manera de presupuestar una obra, ahora la vigencia puede ser de hasta un día.

Y es que reconocen desde la patronal de constructores que el aumento de precios hace muy complicado hacer un presupuesto cerrado de lo que va a costar la obra. Esto está provocando que obras públicas se queden desiertas porque no se actualice el precio de los materiales, 57 en lo que va de año. Y que obras privadas se queden en el aire a la espera de una bajada de precios. La presidenta de la Asociación de constructores, Sandra Verger señala que "ante las subidas hay que negociar, las obras privadas grandes, la que pueden tener más dificultades de llegar a un acuerdo con el promotor, y si has firmado un contrato cerrado, si los números no salen y el promotor no puede asumir el sobre coste hay obras que se paralizan a la espera de qué pasará en los próximos meses, pero no detectamos que pueda haber una bajada considerable del precio de los materiales".

Reconoce ahora Verger, una cierta estabilización de los precios de materiales, después de meses de subidas, sin embargo, la incertidumbre es el día a día de un sector que ha visto como los precios han subido, incluso más que en la península, hasta un 35% de media, por la insularidad