Insultar a los políticos con medida
La democracia es un ejercicio de libertad responsable.
La línea Roja Matías Vallés
Palma
Estar aquí con ustedes es un privilegio.
No solo por la compañía, también porque puedo expresarme a través de un medio poderoso gracias a la generosidad de ustedes y de la cadena que ahora nos une.
La mayoría de ciudadanos no disponen de este acceso.
Han de administrar su libertad de expresión hacia los poderosos mediante el aplauso si los aprueban o el abucheo si los censuran.
Una ovación o una pitada en la calle tienen como mínimo el mismo valor que este comentario, la profesionalidad solo es un decorado.
Sin embargo, la democracia es un ejercicio de libertad responsable.
Un exceso, y no niego que aquí lo haya cometido, acabará por desacreditar nuestras conversaciones matinales.
Y el “hijo de puta” irracional dedicado en masa a Pedro Sánchez no solo causa preocupación, sino miedo.
Los gobernantes acorazados no son nunca víctimas, pero incluso el insulto hay que dedicárselo con medida.
En el fragor de los “cabrón” dedicados el miércoles a Sánchez, el insulto amenazante se dirigía también hacia quienes le han votado o pretenden hacerlo.
No insultan a Sánchez, insultan a la democracia.
Suerte que en Balears somos menos estridentes, de momento.