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El GOB reclama que se aplique la Ley de Costas de manera contundente

Los actuales propietarios del restaurante El Bungalow aseguran que agotarán todas las vías legales para mantenerse abiertos y preguntan en qué punto se considera el estado original de la playa

Palma

Los ecologistas del GOB quieren que la Ley de Costas se cumpla, pretenden sentar precedentes para que propietarios de establecimientos y piscinas no puedan encontrar recovecos legales para mantenerse en primera línea. Así, han presentado un recurso ante el Ministerio de Transición ecológica por ocupación ilegal contra el restaurante Bungalow, en Ciudad Jardín y confían en su demolición. Por su parte, los actuales propietarios del restaurante aseguran que agotarán todas las vías legales para mantenerse abiertos y preguntan en qué punto se considera el estado original de la playa, recuerdan que la construcción del edificio es de 1912.

Los ecologistas del GOB vieron en 2018 el momento para batallar contra ocupaciones sin autorización en primera línea, entonces, la Ley de demarcación de costas sacaba a la luz unos cuantos espacios: restaurantes y piscinas que debían pedir una prórroga o bien, no tenían autorización... Sin embargo, Costas nunca se ha mostrado muy proactivo, asegura el GOB ya que para obtener la prórroga deben demostrar que la actividad es necesario que se desarrolle en este dominio público como asegura Margarita Ramis, portavoz del GOB.

Y luego estaban las edificaciones que nunca han sido legales... como insisten los ecologistas es el caso del restaurante El Bungalow. Por unos casos y otros temen los ecologistas que se traten de buscar las vueltas a los términos legales y errores de formulación... De ahí, la presentación de un recurso ante el Ministerio para que no se pueda generar un modus operandi que permita continuar con esta práctica y en definitiva, blindar la demolición y lograr la restauración de las primeras líneas.

Entiende Ramis que los restaurantes de ses Casetes des Capellans, la piscina de can Picafort o ahora el restaurante Bungalow forman parte de la memoria colectiva, pero ahora es momento de marcar precedentes para el futuro afirma. Es necesario, dice la ecologista, la recuperación patrimonial pero también estar preparados ante los cambios climáticos.

Desde el restaurante Bungalow, sus actuales propietarios entienden los argumentos de los ecologistas y reconocen que a día de hoy se opondrían a hacer un nuevo edificio. Sin embargo, insisten, este establecimiento es patrimonio social y consideran que debe tener una pequeña excepción.

Laura Aguiló, la cuarta generación de la familia al frente del negocio dice que demoler el Bungalow sería una aberración y que buscarán todas las vías para que permanezca abierto, si bien, no tenían concesión, sí un permiso de actividad económica y pago de impuestos. No lo tienen claro pero confían en una resolución positiva que les permita legalizar su restaurante que lleva casi 40 años en marcha y se pregunta Aguiló además cuál es el punto del estado original de zona con una playa que la mitad es artificial y su edificio data de 1912.